Tres años han pasado desde que el actual alcalde formó gobierno en Santa Cruz de Tenerife, fruto de un pacto de conveniencia entre CC y PSOE para intentar silenciar a la fuerza más votada, el Partido Popular. La única noticia para los santacruceros, lamentablemente, es que no hay noticia. Nada ha cambiado en nuestra ciudad desde aquel junio de 2011 en que comenzó la era Bermúdez, salvo una cosa: el alcalde y su gobierno nos cuestan mucho más caros.

No es cosa de números únicamente, sino de las incertidumbres que se ciernen sobre una capital en la que seguimos pendientes de los mismos problemas, que están muy lejos de encontrar solución: la parálisis de nuestro Plan General de Ordenación, la gestión del agua a través de Emmasa, el cierre incesante de pequeñas y medianas empresas, nuestro puerto y nuestras playas, o la triste situación de un parque de viviendas municipales que se caen a pedazos.

La ciudad se ha estancado porque la han estancado quienes gobiernan. Los propios ciudadanos, los empresarios y las asociaciones de toda índole conocen el daño que nos hace el desfase de este gobierno de nacionalistas y socialistas, que ha entrado en barrena pese a haber recaudado más que nadie al frente del Ayuntamiento.

En la parte más dura de esta crisis económica que el país comienza lentamente a remontar, a ningún vecino de Santa Cruz le sorprende que digamos que Bermúdez y su equipo nos hayan subido los impuestos municipales a todos. Y lo han hecho para disponer de un dinero que se ha gestionado pésimamente con un único fin: mantener un ayuntamiento enorme, un monstruo que ha devorado todos los recursos y ha dejado muy poco para nosotros, los ciudadanos, y para los servicios que necesitamos.

Esta utilización perversa del dinero de los ciudadanos, a los que CC y PSOE han sangrado con el aumento de la presión fiscal, ha implicado que en la era Bermúdez nuestra ciudad sea menos competitiva, porque es mucho más complicado establecerse y hacer viable cualquier actividad económica.

A pesar de nuestras envidiables condiciones, magníficas para el establecimiento de nuevas inversiones, no somos una ciudad de oportunidades, y ahora que el país comienza a crecer de nuevo, no podemos permitirnos un gobierno municipal que nos hace ir contracorriente. Nuestra carga impositiva y una administración obsoleta al servicio de dos partidos políticos son la clave. Desde el año 2011, ha crecido la recaudación a partir de tasas e impuestos municipales propios, pero ha sido un rotundo fracaso para el avance de proyectos estratégicos de la ciudad.

La presión fiscal que sufre el chicharrero es de las más altas de España, y no hay más que cotejar nuestros datos con Las Palmas de Gran Canaria. En la otra cocapital de Canarias, los vecinos apenas pagan 396 euros de media al año por tributos municipales. En Santa Cruz pagamos 570 euros, un 143% más. Esa es la diferencia entre un gobierno del Partido Popular y otro de CC y PSOE.

Este atropello a los vecinos ha conducido al alcalde Bermúdez a contar con muchos más recursos que anteriores regidores, pero esto no ha mejorado nuestros servicios, pues encima han sido unos pésimos gestores de su propio presupuesto. ¿Sabían ustedes que, por ejemplo, gastamos más de 9 millones al año solo en el mantenimiento anual de los semáforos?

Mientras el Gobierno de la nación ha llevado a cabo reformas en materia de empleo, ha llevado a cabo medidas de reactivación económica y ha abaratado el coste de la administración pública, en Canarias y en Santa Cruz de Tenerife tenemos gobiernos que están más preocupados de la pancarta del "No a Madrid" que de los expedientes que tienen pendientes sobre la mesa.

Nos hace falta un nuevo impulso, un gobierno municipal que ponga toda su maquinaria al servicio de la generación de empleo, la reactivación económica, el planeamiento urbanístico y la eficiencia en la gestión de los asuntos sociales. Y eso pasa por una reforma de la administración municipal, y por una urgente bajada de los impuestos.

*Portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Santa Cruz y vicesecretaria regional del PP de Canarias