Desde la sorpresiva abdicación del rey, todo el mundo habla de lo mismo, si hizo bien o mal y qué va a pasar ahora. Los temas verdaderamente importantes, los que no pueden esperar, han pasado a un segundo lugar, como la creciente pobreza, que alcanza ya en Canarias al 40% de la población, o la incumplida y nunca aplicada ley de la dependencia, cuyas ayudas nunca llegan y que se ha convertido en papel mojado. Me niego a hablar del rey, él hizo lo que le pareció, cuando quiso y como le dio la gana, y yo lo respeto, pero nosotros tenemos aquí al lado otros reyes más cercanos, sin corona, que nunca abdicaron de su entrega a los demás, hasta que se fueron. Uno de ellos fue Perea, un hombre ejemplar, marido enamorado de África, su mujer durante 60 años, padre de seis hijos, abuelo de once nietos y bisabuelo de cuatro bisnietos. Perea fue el rey de su gran familia hasta que se fue como vivió, sin quejarse, sin avisar. África se lo recriminó en un emotivo y espontáneo discurso durante la cena de los juegos municipales: "si lo hubiera sabido te habría gritado te quiero". No hacía falta. Perea lo sabía, siempre lo supo, por eso era tan feliz, y se le notaba. En 1990, le diagnosticaron una fulminante y fatal enfermedad y le dieron 3 meses. Su vida cambió. Montó junto a su fiel e infatigable compañera África el comedor del amor para dar de comer a los que no tenían nada. Una bonita manera de dedicar sus últimos días de vida a los demás. Sin embargo, venció a la enfermedad durante 24 años más. Un lucha titánica, imposible, siempre con la sonrisa amable de que quien sabe que cada nuevo día es un regalo. Así vivió Perea y así se fue. Un rey que nunca abdicó y que dejó bien amarrada su sucesión: África tomó el sábado el testigo de liderar a su gran familia y lo hizo como le hubiera gustado a él, uniendo a las dos asociaciones de vecinos del barrio, Tesceyte y San Fernando Rey. María del Carmen y Juan Miguel asistieron juntos al merecido homenaje a Perea en el antiguo cine de García Escámez, en el que pasó tanto tiempo, convertido ahora en local social. El acto fue emotivo pero alegre, porque todos los que asistimos queríamos recordarte con alegría. Tu nieta cantó una canción preciosa que compuso ella misma y que sin duda oíste desde arriba, ¿te gustó? Tu hijo Manuel (Kanono) puso un vídeo tuyo que nos emocionó. Por cierto, no sabía que jugaste al fútbol ¡qué pinta! Tus hijos, nietos y bisnietos, vecinos del barrio y tus amigos, entre los que me cuento, pasamos un buen rato recordando anécdotas tuyas que nunca olvidaremos, porque en nuestros corazones seguirás siendo siempre nuestro rey.

*Candidato a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife en 2015 por el CCN. Abogado, Economista, MBA. Presidente de la Comisión de Asuntos Sociales del Parlamento de Canarias