Hace dos días hemos celebrado el Día de Canarias, una cita donde los que vivimos aquí recordamos que hace ya 31 años se constituyó el Parlamento que hoy conocemos tras las primeras elecciones libres y democráticas, y que aprovechamos para resaltar aquellos elementos comunes que nos unen como un gran pueblo.

Si bien es cierto que la mayoría de las actividades que se realizan en prácticamente todos los municipios de este Archipiélago suelen tener como protagonista a nuestra cultura, nuestra gastronomía, o nuestro folclore, permítannos que hoy pongamos en alza un aspecto del que todos los canarios deberíamos sentirnos orgullosos: nuestra sanidad.

Siempre hemos defendido que tenemos una magnífica Sanidad pública, concertada y privada, que son totalmente complementarias, y que funciona a un altísimo nivel, gobierne quien gobierne. En un marco económico como el actual estas afirmaciones pueden resultar chocantes. Pero, desprovistos de toda ideología, en honor a la verdad, nos debemos sentir orgullosos de una sanidad como la española, una fortaleza importante de la marca España, y que es compatible con que haya problemas de gestión que hay que solucionar.

Hoy queremos destacar el gran equipo humano y profesional que conforma la sanidad pública canaria, y en particular, el programa canario de trasplante de páncreas, del cuál tengo el privilegio de coordinar quirúrgicamente, y que ha acudido a la III Reunión de Grupo Españoles de este tipo de operaciones que ha tenido lugar en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe en Valencia, y donde nuestro trabajo ha sido reconocido como puntero.

Durantes estas jornadas, hemos presentado junto al doctor Luis Muñoz un trabajo nacional que tiene como objetivo medir la calidad de vida de los pacientes trasplantados en base a varios criterios, y que seguiremos realizando como protocolo nacional a los nuevos enfermos en todos los grupos para ahondar en este tema.

De los resultados obtenidos podemos afirmar que las personas que se han sometido a un trasplante pancreático-renal mejoran la función física, la movilidad, la autonomía, el bienestar social, la comunicación, la actividad diaria, la vitalidad y la rehabilitación vocacional, entre otros muchos aspectos.

No cabe duda, pues, que para el diabético, la diálisis y la insulina son medidas para mantener la vida mientras que el trasplante representa la oportunidad de volver a vivir en los casos en los que está indicado. De ahí radica la importancia de este tipo de operación pues supone la mejor opción de tratamiento para los pacientes diabéticos tipo I con insuficiencia renal crónica.

Este tipo programas de trasplante es uno de los doce que funcionan en España y gracias al trabajo realizado, el Hospital Universitario de Canarias es uno de los cuatro centros de referencia de formación nacional de este procedimiento, cuyos resultados han merecido ser homologados internacionalmente.

A ello ha contribuido la cualificación y coordinación de su personal, la predisposición de un sistema sanitario con ratios de calidad a la altura de cualquier país desarrollado -con independencia de la dirección política del mismo-, y muy especialmente el apoyo de la población del Archipiélago, cuya generosidad nos ha llevado a tener uno de los mayores índices de donación del planeta.

Nos sentimos muy orgullosos de dirigir al equipo quirúrgico regional de trasplantes de páncreas y riñón, que realizó su primera intervención hace hoy 12 años, y que cuenta con la participación de más de ochenta profesionales anónimos que abarcan desde anestesistas, enfermeros, endocrinos, coordinadores de trasplantes, nefrólogos... que trabajan según un protocolo preciso y perfecto que permite que esta cirugía altamente cualificada se lleve a cabo con éxito.

Además de este factor, si de algo podemos sentirnos orgullosos es que hemos sido a lo largo de estos años la Comunidad Autónoma que más trasplantes de páncreas ha realizado por millón de población gracias a la generosidad de los donantes.

Por todo ello, gracias a la ciudadanía canaria por su nobleza, a los profesionales de nuestro Sistema Público de Salud, universal y modélico, y a sus gestores, y a la Organización Nacional de Trasplante (ONT), la mejor del mundo que con tanta profesionalidad dirige Rafael Matesanz. Una labor encomiable y maravillosa siempre en beneficio del paciente.

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