Don Guillermo nació en 1935, tan sólo unos meses antes de que estallara la maldita y fratricida Guerra Civil, aunque él siempre me ha asegurado que no tuvo nada que ver. Preside la asociación de mayores Mira y Mar y la de vecinos Ramarin, ambas con el mismo nombre pero escrito al revés, en el barrio chicharrero de Miramar, en Ofra. Don Guillermo tiene un fino sentido de humor inglés y una decisión inquebrantable de defensa de su barrio. Un barrio que nació en 1972, como un conjunto de viviendas sociales, que posteriormente fueron adquiridas por sus inquilinos, a partir de 1989. Durante el cambio de viviendas sociales a viviendas en propiedad, el barrio cambió drásticamente su estética anterior, al pintar cada uno de los bloques en un color distinto, por lo que pronto fue conocido como "el parchís". Don Guillermo y su vicepresidente y alter ego, Juan Antonio, forman un tándem inseparable e inquebrantable, que funciona en beneficio de los vecinos y vecinas del barrio desde 1999. Los dos son perfectamente complementarios. Don Guillermo es un gran organizador, preparado, inteligente y sereno. Juan Antonio, un torbellino que desborda simpatía y humanidad por todos sus poros. Don Guillermo es un brillante y entretenido orador. Juan Antonio, un cantante y parrandero con una voz excepcional, que nada tiene que envidiar a los profesionales. Juntos han creado en las asociaciones que dirigen muy buen rollo y se nota. Entre ambos, con la indispensable colaboración del resto de los miembros de sus juntas directivas y del vecindario, han conseguido transformar Miramar en los últimos años, aunque don Guillermo recuerda puntilloso que aún quedan algunas actuaciones pendientes desde la revisión del PGO en 1990. Recuerdo su pertinaz lucha para que no cerraran la única guardería del barrio, propiedad de la Obra Social de la Caja, y el colegio Tena Artigas, aunque al final no pudo ser. La absorción de la Caja por Caixa Bank y una injustificada reorganización de los colegios del barrio llevada acabo por la Consejería de Educación cerró ambos centros. Cuando llegó la crisis, a partir de 2009, don Guillermo y su equipo comenzaron a repartir alimentos en los locales de la asociación a las familias más necesitadas del barrio. Unos jóvenes y dinámicos voluntarios jubilados que dedican su tiempo, además de a sus hijos y nietos, a su barrio, Miramar. Cada vez que voy a visitarlos, y lo hago con mucha frecuencia, me hacen sentir como en mi casa. La presidenta del CCN de Santa Cruz de Tenerife, Hortensia Navarro, que fue directora del Distrito de Ofra, hasta que la trasladaron a Anaga, por hacerlo bien, es como una hija adoptiva para ellos, ya que le reconocen sinceramente sus desvelos por Miramar. Un sentimiento de agradecimiento que se repite en todas las asociaciones de este populoso distrito chicharrero, lo que me llena de satisfacción y orgullo, como presidente del CCN y candidato a la Alcaldía en 2015. Hortensia pronto volverá a Ofra, cuando sea concejala. En su nombre y en el mío: gracias don Guillermo, gracias Juan Antonio.

*Abogado, Economista, MBA y candidato a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife en 2015, por el CCN. Presidente de la Comisión de Asuntos Sociales del Parlamento de Canarias

@ignaciogonsan