Amigos de todas las Islas Canarias, la canonización del Padre Anchieta me lleva a felicitar a todos los canarios, y especialmente a los tinerfeños, por este hecho extraordinario para todos los cristianos de las Islas. Recordar a los amigos que el santo padre José Anchieta nació el 19 de marzo de 1534 en San Cristóbal de La Laguna, siendo su padre Juan de Anchieta, que era vasco, y su madre Mencia Díaz de Calvio, que era de Las Palmas. Su historia nos dice que él marchó a los 14 años a estudiar a Portugal y que desde allí, unos años más tarde, marchó al Brasil, donde se hizo sacerdote jesuita y gran misionero, muriendo cuando apenas tenía 60 años de vida.

El gran misionero Anchieta hizo su trabajo con indios, con portugueses y con mestizos. Hoy su canonización nos une a todos los canarios para dar gracias al papa Francisco, que lo eleva a los altares, y también al papa Juan Pablo II, que fue quien lo beatificó en 1980. Los más de 300 obispos del Brasil están estos días de enhorabuena y llenos de alegría mandando a sonar en todo aquel gran país las campanas de victoria en honor del nuevo santo. Como tuve la suerte de vivir 6 años en aquel mundo he podido contactar con algunos obispos conocidos pidiéndoles que me enviaran sus impresiones para compartirlas con los amigo lectores de este periódico.

Las cuatro preguntas que les envié fueron las siguientes: ¿qué significa para la Iglesia y para el pueblo de Brasil la canonización del gran misionero Padre Anchieta; ¿qué virtudes tuvo en su vida el santo Anchieta?; ¿qué necesita hoy el pueblo brasileño a nivel de de Iglesia y de políticos?; ¿qué problemas sociales tiene ahora el pueblo del Brasil?

El obispo Paolo de Conto, obispo del sur, en Montenegro, escribe: "Puedo decir que todos los niños del Brasil saben algo de la vida de Anchieta porque han estudiado en el colegio lo que ese apóstol grande hizo por este mundo. El fue un gran santo que lo dio todo por formar comunidades, especialmente entre los indios, y puedo decir que en los últimos años el misionero Anchieta ha sido un incentivo para construir casas para los pobres. Veo que ahora el pueblo brasileño está gozando por este acontecimiento fantástico de la Iglesia y por ese motivo el día 2 de abril tocaremos las campanas de todos los templos en honor del gran Anchieta. Decirles a todos los canarios que los obispos estamos muy contentos y que el 4 de mayo nos veremos todos para festejar este hecho grande en el santuario de la Virgen Aparecida, patrona del Brasil. Abrazos y felicidades a todos los canarios. Paolo de Conto, obispo de la diócesis de Montenegro".

Otro obispo que respondió fue D. Angélico, que estuvo en Blumenau, lugar cercano a donde yo estuve 3 años. Él nos dice: "El gran hecho de la canonización significa el reconocimiento de la Iglesia a las virtudes heroicas que tenía este gran misionero, que dedicó su vida de modo extraordinario a la causa del reino de Dios hecho de justicia, amor, y paz. En el santo Anchieta destaco en especial su fuego misionero por llevar la causa de los indígenas y la manera de entrar en su cultura, dedicándose de lleno a la catequesis de los indios de forma extraordinaria. Nuestro gran santo recorrió distancias enormes llevando siempre la Palabra de Dios a todos, siendo admirable ver que para él Jesús siempre fue la luz de sus pasos junto a la gran devoción a nuestra Señora, cosa característica de su vida. Teniendo delante al gran Anchieta puedo decir que la Iglesia precisa ser hoy invadida de un vigor misionero abriéndose a la nueva evangelización donde los políticos de nuestro mundo precisan colocarse en la defensa de los pueblos indígenas, señalando bien sus tierras y respetando sus culturas. Veo también que el pueblo brasileño hoy se enfrenta con serios problemas en el mundo del trabajo, en los sectores de la salud y de la educación. Sí, veo que vamos avanzando en la realización del lema que está grabado en nuestra bandera nacional: Orden y Progreso. Desde aquí mando saludos al pueblo de las Islas Canarias, felicitándolo por haber dado a la Iglesia un santo de la envergadura que es nuestro santo Padre José de Anchieta. Abrazos de Angélico Sándalo, obispo emérito de Blumenau".

Otro obispo que me respondió fue el muy conocido D. Pedro Casaldáliga, el gran hombre catalán que ya con 85 años sigue viviendo en Mato Grosso, Amazonas, desde hace más de 30. Me dice: "Paco, te voy a responder informalmente: para la Iglesia del Brasil y para la Iglesia en general, Anchieta es una figura emblemática, el misionero integral que se encarna en la realidad del pueblo de la misión. Tiene la preocupación cultural y -aunque con algunas limitaciones de la época- él vive la misión inculturadamente. Nos deja una herencia de entrega total. Ahora deberíamos traducir la herencia de Anchieta evangelizando nuestro hoy en el lugar concreto con una teología y una pastoral de liberación. Él fundó la ciudad de Sao Pablo, que debe ser evangelizado por el san Pablo de hoy, dentro de un mundo capitalista neoliberal de privilegio de unos pocos y exclusión de la inmensa mayoría. Siempre, como nos pide el papa Francisco, con la alegria del Evangelio y una esperanza que salga al encuentro del sufrimiento de los pobres, estimulando la corresponsabidad dentro de la Iglesia con comunidades vivas e irradiadoras. Para el pueblo sencillo Anchieta es el misionero por excelencia del Brasil. Y seguimos, hermano Paco. Yo con mi parkinson, que me limita bastante, pero viviendo la esperanza pascual. Pedro Casaldáliga".

Amigo lector, seguro que me llegarán en estos días de aquellas tierras lejanas más testimonios de ese gran hombre que hoy ha subido a los altares. Creo que las líneas de hoy ayudan a vivir la alegría y a felicitar al nuevo santo que ha ocupado lugar en el santoral de la Iglesia católica para ejemplo de los cristianos.

Felicidades a todos, en especial a los canarios.