No me parece de recibo la obligación de presentar la declaración de la renta solo a través de Internet. Creo que cada contribuyente debería poder decidir cómo quiere cumplir con su obligación anual con Hacienda, entre otras cosas porque ya es bastante complicado embarcarse en hacer la declaración como para, a continuación, tener que luchar con la burocracia de la Red para que los "papeles" lleguen a Hacienda.

En mi opinión los responsables de Hacienda dan por hecho que todos los contribuyentes tienen ordenador y saben informática, y naturalmente esto no se corresponde con la realidad.

Hay pensionistas, emigrantes ya naturalizados como españoles, o personas que realmente no saben navegar por la Red, a los que la obligación de presentar sus declaraciones por Internet les resulta un problema. La Administración tiene la obligación de facilitarnos las cosas a los ciudadanos, cualquier tramite, en vez de ponernos chinas en el camino. Pero en los últimos tiempos, cuando un ciudadano acude a cualquier oficina de la Administración para hacer cualquier trámite inmediatamente te dicen que lo hagas por Internet y en muchas ocasiones te advierten de que ese trámite solo se puede hacer precisamente a través de la Red. Insisto en que las administraciones públicas tienen la obligación de ayudar y colaborar con los ciudadanos y no ponerles las dichosas chinas en el zapato. Y tener que presentar la declaración de la renta a través de Internet no es que sea una china, es un adoquín.

Sé que no servirá de nada pedirlo, pero Hacienda debería rectificar, en vez de obligar a los ciudadanos a tener que gastarse el dinero en asesores fiscales que les hagan la declaración y sean ellos quienes las envíen por la Red.

Insisto en la obligación de la Administración en estar al servicio de los ciudadanos y no los ciudadanos vivir atemorizados por la Administración.

Por lo demás, no está de más recordar que Hacienda deberíamos seguir siendo todos y no unos cuantos, que es exactamente lo que sucede ahora. Las grandes fortunas disponen de excelentes asesores capaces de hacer ingenierías financieras y hacendísticas para que sus representados o no paguen o paguen lo mínimo a la Hacienda pública. Mientras tanto, los ciudadanos que viven de una nómina y los profesionales liberales, sufridos autónomos, son los principales contribuyentes para el mantenimiento de nuestro país.

La realidad es que a Hacienda no aportan los que más tienen sino que es la clase media, lo poco que queda de ella, la que de verdad sostiene la Hacienda pública, así que al menos que no pongan chinas en el camino poniéndose estupendos y obligando a los pocos contribuyentes a hacer la declaración de la renta por Internet.