Ha llegado el momento de plantearse -y también plantarse- una solución real y definitiva en relación con la sanidad pública en Canarias. Y para ello propongo una consulta popular ciudadana a los canarios, para que se manifiesten sobre este grave problema que arrastramos desde hace décadas y así nuestros políticos también conocerán directamente el sentir de lo que pensamos; que no solo de petróleo vive el ser humano.

Llama poderosamente la atención que los políticos, esas "señorías" que en un número tan solo de 60 se permitan rechazar la petición de decenas de miles de ciudadanos que, por medio de una Iniciativa Legislativa Popular -ILP-, les hacen llegar al Parlamento para debatir cuestiones tan importantes como la referida a la salud, sanidad o educación y que ellos decidan, entre los 60 que son, rechazarlas como ha sucedido, ahora, solo unos cuantos de los mismos, apenas una docena, convienen en realizar un referéndum para conocer si los canarios estamos a favor o en contra de unas prospecciones.

Parece que el que se muera o no se asista sanitariamente a la población importa menos que lo otro. Por eso, repito, propongo que se nos consulte para saber qué opinamos de nuestra sanidad y se termine de una vez por todas este absurdo optimismo y megalomanía que tienen los gestores públicos en hacernos comulgar con que nuestra sanidad es magnífica. Así lo dijo hace unos días la consejera Mendoza al publicitar una estadística europea donde sitúa a Canarias a mitad de la tabla en este tema y con lo que se quedan totalmente satisfechos. Mientras los servicios de Urgencias estén como están eso no importa, porque Europa dice que vamos bien.

Titula la prensa local que Urgencias del HUC pide socorro; y no es para menos. El hecho de que los profesionales sanitarios que atienden a los pacientes estén haciendo saber que no asumen las responsabilidades del deterioro o muerte de aquellos es altamente preocupante y debe hacernos reflexionar además de ponernos a temblar.

Muchos llevamos demasiado tiempo alertando de estas circunstancias y denunciando la medicina de "guerra o de catástrofe" que se oferta en esos servicios de urgencias. Porque es una medicina de ese tipo, igual que cuando vemos en las noticias esos hospitales colapsados, con pacientes hacinados en cualquier sitio, con pasillos atiborrados de personas esperando por una atención que no llega. Y es que nuestros hospitales ya no dan más de sí: no hay cubículos para el atendimiento, no hay camillas, no hay sillas de ruedas, no hay sillones, no hay espacio posible, las ambulancias escasean. E igual con el número de facultativos, de enfermeras, de auxiliares, que son escasos y están sobrecargados de trabajo sin saber ya qué hacer.

Estos son los hechos objetivables que nadie puede desmentir porque están a la vista de todos. Y entonces se alude, como siempre, a las "situaciones puntuales", a los "picos de gripe", a escudarse en que el servicio de Urgencias dispone de "certificación de calidad", que este año es un hecho "inusual", que se debe a la alta presión asistencial de pacientes de "avanzada edad con patología de base"... y una cantidad de estupideces que ya nadie se traga.

Es esperpéntico, y raya en lo que yo pienso puede ser terrorismo social, conocer de la dirección del HUC que argumente que "no es extraordinario que fallezcan pacientes en Urgencias o en plantas o en el hospital", porque si bien es cierto que en ese lugar mueren personas, también hay que considerar cómo mueren esas personas, con qué dignidad lo hacen, con qué respeto debemos asumir esos fallecimientos. Y si una persona fallece en un pasillo de un centro hospitalario es intolerable porque estamos faltando a lo más sagrado de un ser humano: su dignidad. Y en esos pasillos en los que se ubica a los enfermos durante días se come, se asean, se tratan, se explorar a humanos que han perdido todo tipo de privacidad y que ven pisoteada su dignidad personal. No se puede permitir tener amarrados a pacientes psiquiátricos que sufren crisis a la vista de todos. No lo podemos permitir. Por eso, desde el propio Colegio de Médicos se ha recomendado a sus colegiados que se nieguen a prestar este tipo inhumano de medicina que los políticos responsables, los que nos dirigen, los que diseñan nuestras vidas, nos ofertan y gestionan.

También mueren personas en los accidentes de carretera, más a veces que en los hospitales y existen campañas para la concienciación ciudadana, para lograr un cambio de tendencia, para intentar frenar esas muertes. Y se cambian leyes y normas para tal fin. En sanidad poco se hace para lograr un cambio en algo que todos saben no funciona.

Sorprende que un experto en medicina de urgencias como es el Dr. Antonio Alarcó, senador y consejero del Cabildo, no diga basta a esta situación, dando un zapatazo encima de la mesa y cambiar esta tendencia de manera inmediata. Y lo nombro a él porque es un técnico cualificado en la materia ya que al resto, ya sean presidentes de Cabildo, ya sean consejeras o directores generales, y menos aún a los gerentes de los centros, es tontería implicarlos porque parecen moverlos otros intereses que no son los de la sanidad.

Hay que cambiar de manera radical los conciertos con las clínicas privadas para disponer de todas las camas existentes en la isla. Se comunican las suspensiones de centenares de intervenciones programadas en los hospitales públicos debido al caos de las Urgencias. ¿Se sabe, alguien lo ha querido averiguar, cuántas suspensiones programadas se han realizado en estas clínicas concertadas? Estoy convencido de que muy pocas ya que el interés económico prima sobre cualquier otro. Y eso es fácilmente corregible cambiando los conciertos.

Que nuestros pacientes mueran pero en condiciones de respeto, intimidad y dignidad. Que sean ingresados en cualquier centro antes de estar en pasillos solos, en los que nadie puede visitarlos y acompañarlos, casi desasistidos.

¿Cuándo la Fiscalía y los juzgados actuarán de oficio en estos problemas que pueden estar derivando en responsabilidades penales por posibles casos de denegación de auxilio? ¿Cuándo el Defensor del Ciudadano actuará de manera oficial en defensa de los habitantes de esta comunidad?

Ni un día más así. Una consulta a los canarios en este asunto creo que hace más falta que saber sobre las prospecciones. Porque nuestra gente, nuestra familia, nosotros mismos, estamos muriendo de manera indigna, en las Urgencias, o en las listas de espera.

*Médico Intersindical Canaria