Nada me sabe más que un puente. No llegan cartas negras, hay menos tráfico, puedes dormir hasta más tarde, no se celebran sesiones del Congreso y no te hablan de la infanta; luego los puentes son una liberación. Y más éste que pasó, en el que se ha despedido Pedro Jota echándoles la culpa de su infortunio al rey y a Rajoy. Pedro Jota se ha cavado él solito su propia tumba. Ya era hora de que le tocara, después de haber destrozado a tanta gente. Yo hasta me alegro. Y supongo que estará batiendo palmas su no autorizado biógrafo, Pepe Díaz Herrera, estimado amigo, al que animo a que edite de nuevo su magnífico libro sobre tan controvertido personaje. ¿Se acuerdan de cuando Pedro Jota mandó aquí a un tal Lobo, un analfabeto funcional que publicó que Adán Martín, paz descanse, y Miguel Zerolo eran contrabandistas de armas, o algo así? Aquello fue la bomba. Pues de esas mentiras se ha alimentado "El Mundo" desde hace un cuarto de siglo; y de alguna verdad, claro. La última víctima de Pedro Jota fue Sandro Rosell, el del Barça, que ahora vive en Londres, parece. Buen cambio. A lo mejor se encuentran los dos allí.

2.- En fin, que este país es proclive a dar cobijo a personajes como el defenestrado, que durante 25 años, y antes, se enfrentó a los poderes, hasta que los poderes actuaron de manera contundente. Y se lo cargaron para siempre, porque junto a las víctimas de su periodismo florecieron las pérdidas de su periódico. La información puede volar lejos, y ser injusta, y devorar princesas, pero cuando la economía empieza a horadar los cimientos de la cosa, hay que cortar cabezas. Y cayó la cabeza de Pedro Jota, que fue entregada, como la cabeza del Bautista, a quien la reclamó. ¿Y quién la reclamó? Pongan ustedes el nombre; en todo caso, no es difícil.

3.- Este, entonces, ha sido un puente muy especial, un puente de cabezas cortadas. Porque en la convención de Fachadodid, el PP quiso cortar de un tajo la calva cabeza de Rubalcaba diciéndole que él ni siquiera se alegraba de que España fuera bien. Rubalcaba, como no encontró periódico, tuvo que defenderse en el Facebook. Ya no hay periódicos en los puentes, se murieron todos con Pedro Jota. Yo creía que para este martes no tendría nada que decir, pero me salió un artículo de cabezas cortadas. Y eso. Hay que ver el pobre Pedro Jota, quién lo ha visto y quién lo ve.

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