Es una pena que entre el barullo de noticias diarias -y la batahola de lo cotidiano son las declaraciones de los cuatro políticos de siempre; nada más- se nos escapen noticias que sin ser de primera página -tampoco saquemos las cosas de quicio- poseen más interés que el que les damos. Sobre todo porque evidencian que en estas denostadas Islas también se están haciendo cosas interesantes.

s el caso de un congreso internacional de matemáticos celebrado la semana pasada en el Puerto de la Cruz. Una reunión de muy alto nivel que transcurrió sin pena ni gloria para los medios de comunicación. No así para el ámbito de los especialistas en ortogonalidad y cuadratura, pues de eso iba el asunto, ya que se dieron cita en la que continúa siendo la ciudad turística de Tenerife investigadores de importantes universidades españolas como la Carlos III, la Politécnica de Madrid y las de Granada, Almería, Vigo y Zaragoza entre otras, así como varias más de Bélgica, Francia, stados Unidos, Rusia, Portugal, México y Brasil. ntre los ponentes de las 11 conferencias plenarias, las 35 comunicaciones y 15 pósteres presentados estaban varios de los mejores especialistas mundiales en Aproximación y Polinomios Ortogonales; uno de los campos más importantes de las matemáticas aplicadas; las que hacen posible que oigamos la música grabada en un CD o que yo pueda escribir este artículo en un ordenador, entre algunos millones de otros logros tecnológicos.

s una pena que la gente no se interese por estos temas. No por el contenido de estas jornadas, pues para acceder a las materias debatidas en sus sesiones hace falta quemarse las pestañas durante muchos años frente a textos no siempre fáciles de entender, sino al menos para ser conscientes de que, pese a los recortes, todavía hay "osados" que se dedican a investigar y, por si fuera poco, a organizar congresos científicos en esta isla. Sin embargo, hay algo más relacionado con este simposio que me impulsa a redactar estas escuetas líneas, pues los organizadores lo han dedicado a la memoria de Pablo González Vera. Un gran amigo fallecido en 2012, que fue catedrático de Matemática Aplicada de la ULL, decano de la Facultad de Matemáticas, vicerrector de Planificación e Infraestructuras y un renombrado especialista de la Teoría de la aproximación. Me asegura uno de sus alumnos y hoy profesor de la ULL, porque Pablo tuvo tiempo de crear una gran escuela a pesar de que nos abandonó muy pronto, que era una autoridad mundial en polinomios de interpolación. stoy convencido de que es así.

Podría dedicar el resto del folio a enumerar los méritos profesionales de Pablo González, pero me resisto a hacerlo porque serían muchos más los que se quedarían en el tintero por falta de espacio. Prefiero subrayar lo que también era como persona. Sencillamente, un hombre excepcional. Congenié con él desde el primer minuto cuando un ya lejano día, cómo pasa el tiempo, me lo presentó Luis Casasús; otro gran matemático y excelente persona. Todavía tengo por ahí una botella de parra -es casi alcohol puro- que me trajo hace unos años desde La Gomera, su isla de nacimiento porque luego sería Tenerife la que lo adoptó.

Nuestra estancia en este mundo está inevitablemente acotada, aunque dependiendo de lo que hagamos la estela de nuestro recuerdo puede ser muy larga. Los numerosos discípulos que dejó Pablo González Vera, hoy convertidos en investigadores tan fructíferos como lo fue él, conseguirán que su memoria perdure mucho tiempo entre los matemáticos de todo el mundo. Allá donde esté, le doy las gracias por lo mucho que me ayudó siempre que se lo pedí, y muchas veces incluso sin necesidad de que se lo pidiera.

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