Para los que no lo sepan, informarles de que Al Quds es Jerusalén en lengua árabe; y en el mundo musulmán, es el segundo lugar de peregrinación más importante después de La Meca. El Comité Al Quds es un organismo que fue creado por la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) en 1975, y que en la actualidad está presidido por el rey de Marruecos Mohamed VI, quien sucedió en el cargo a su padre Hassan II, que lo ideó, y tiene el objetivo de preservar el estatuto de la ciudad de Jerusalén y de los lugares santos para los musulmanes que esta alberga.

El problema radica en que los judíos quieren que Jerusalén sea la capital del Estado sionista de Israel, a lo que se oponen frontalmente los países árabes, con Marruecos a la cabeza, cuya Monarquía alauita, desde Mohamed V, siempre ha apostado decididamente por que Palestina sea un Estado soberano, y por la la paz en Oriente Medio. Precisamente, los quince países musulmanes que forman el Comité Al Quds se reunieron el pasado día 17 en Marrakech para reiterar su apoyo a la noble y justa causa palestina, en un momento en que la administración estadounidense pretende relanzar las negociaciones de paz palestino-israelies.

Los ministros de Exteriores de los países miembros insistieron en su reunión en los difíciles momentos por los que atraviesa la ciudad de Jerusalén, y llamaron a tomar medidas prácticas para poner fin a la "judaización" de la ciudad. Máxime, después de que las autoridades israelíes hayan anunciado la construcción de 1.877 viviendas entre Cisjordania y Jerusalén Este, medida que ha sido duramente criticada incluso desde países europeos tradicionalmente "amigos" de Israel.

Para los palestinos, Jerusalén Este es la capital de su futuro Estado, pero para los israelíes Jerusalén es la capital indivisible del Estado de Israel; mientras, la comunidad internacional y la ONU consideran que Jerusalén Este es un territorio ocupado. El ministro de AAEE palestino, Riad Maliki, indicó que la situación de Jerusalén es "una responsabilidad común" de todos los países árabes y musulmanes y subrayó que los responsables estudiaron durante el foro de Marrakech los pasos destinados a apoyar la causa palestina y la ciudad de Jerusalén.

El soberano marroquí, Mohamed VI, que presidió la Cumbre de Marrakech, enfatizó que Jerusalén es el tema central de la causa palestina y que no es concebible ninguna paz sin un acuerdo sobre el estatus final de Jerusalén Oriental (Al Quds) como capital del Estado palestino independiente. En la inauguración de la XX sesión del Comité de Jerusalén, el monarca marroquí recalcó que "para que la paz sea alcanzada, Israel debe cumplir con sus obligaciones, en especial con el mapa de ruta adoptado por el Cuarteto Internacional y apoyado por el Consejo de Seguridad, así como con las perspectivas presentadas en la Iniciativa de Paz Árabe".

"Aunque estamos satisfechos con la decisión de Naciones Unidas de otorgar a Palestina el estatus de Estado observador no miembro, deseamos pedir la implementación de todas las resoluciones de Naciones Unidas relacionadas con Al Quds y con la causa palestina en general", agregó Mohamed VI. El rey puso el énfasis en que el elemento crucial para una posición palestina más fuerte sigue siendo alcanzar una sincera reconciliación palestina a nivel nacional basada en la unidad de las filas palestinas bajo la legítima Autoridad Nacional.

"Esta reconciliación constructiva", agregó Mohamed VI, "deberá poner el mejor interés del pueblo palestino por encima de las demás consideraciones, para contribuir, en particular, a la creación de un Estado palestino independiente en el territorio palestino liberado, con Jerusalén Oriental como capital, que viva en seguridad, paz y concordia con Israel".

A dicha reunión asistieron el presidente palestino, Mahmoud Abbas y los ministros de Exteriores de los Estados miembros del comité, junto al secretario general de la Organización para la Cooperación Islámica, representantes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, y funcionarios de la Unión Europea, de Naciones Unidas, de la Liga Árabe y del Vaticano.

La implicación del rey Mohamed VI en la búsqueda permanente de una solución al conflicto israelo-palestino, y a otros problemas de la zona, evidencian no solo el predicamento de Marruecos en la escena internacional, sino su protagonismo en la región e indiscutible liderazgo en el mundo árabe y musulmán.

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