Chana es una mujer que nació hombre. Nadie le preguntó. Cuando pudo decidir, decidió ser mujer. Pero a parte de la anécdota, Chana es una excepcional persona, una buena vecina que colabora de manera altruista con su barrio en todo lo que le piden y más. Los que se lo piden son los directivos de la asociación de vecinos Miramar y de mayores Ramarin, que es lo mismo pero al revés. El presidente, don Guillermo, como lo conocen todos, un antiguo ejecutivo de seguros, de porte distinguida, de las de antes, y un finísimo sentido de humor, que ha convertido la asociación de mayores en una segunda casa para los vecinos y vecinas del barrio. El vicepresidente, Juan Antonio, el alter ego de don Guillermo, un verdadero personaje de los que ya no quedan, que, cuando hay gente, desafía a su edad, bajando las rodillas hasta tocar el suelo y volviendo luego a subir como si nada, y cuando está arriba, suelta su increíble chorro de voz atenorada, para deleite de la concurrencia, convertida en entregado público que siempre lo ovaciona enfervorizado. Inés, Carmen, Juan, Luis y Chana no necesitan sacarse el abono para el festival de música de Canarias, lo tienen en casa. Don Guillermo pone el orden, Juan Antonio, el buen rollo, y Chana, la delicadeza. Chana se encarga, entre otras muchas cosas, del Belén y la cruz. Un Belén digno de visitar, que no tiene nada que envidiar al del Parlamento. Una cruz que este año volvió a ser premiada por su originalidad y diseño, como la mejor de Santa Cruz. Hortensia me los presentó hace ya unos cuantos años, cuando fui concejal de asuntos social, en 2009, y a partir de entonces nos hicimos amigos. Amigos de verdad, de los que no se piden nada a cambio de la amistad. Amigos que se lo pasan bien sólo con verse. Por eso, el otro día, cuando volví a Ofra, a la asociación Miramar, para felicitar las Navidades a mis amigos, me emocioné. Chana, que, como dije antes, es una mujer porque así lo decidió, de carácter, me preguntó varias veces, para no olvidarse, cuando eran las elecciones a la alcaldía de Santa Cruz de Tenerife, porque ella quería votarme. Me confesó que tenía ganas de que llegara mayo del 2015 para votarme. Me ruboricé. Le di las gracias de corazón, sorprendido y abrumado, porque no recuerdo haber hecho nada especial por ella, sólo brindarle mi amistad sincera, sin pedirle nada a cambio, y menos su voto. Lo importante son las personas, antes que los partidos políticos o las ideologías. Soy yo el que debo estar agradecido por el recibimiento que me han dado en Miramar. Tengo una deuda de cariño con don Guillermo, Juan Antonio, Chana, Inés, Carmen, Juan y Luis, sus familias y el resto de los vecinos y vecinas de Miramar, y yo siempre pago mis deudas, independientemente de a quien voten en el 2015. Pero si decidieran votarme a mí y soy alcalde, les aseguro que me sentiría muy orgulloso y honrado de ser su alcalde. Los políticos antes que nada somos personas, y como tales debemos comportarnos. Algunos no lo hacen porque son malos políticos o malas personas, e incluso, ambas cosas. En las elecciones municipales del 2015 se votará más que nunca a las personas, no a los partidos políticos ni a las ideologías. El descrédito de los partidos y el debilitamiento de las ideologías clásicas, derecha, izquierda y centro, harán que la gente vote en clave personal. Y será un aviso para que se cambie de una vez el sistema electoral y se impongan las listas abiertas, para que podamos votar a quienes queramos de diferentes listas y no a los que nos impongan las direcciones de los partidos, en unas candidaturas cerradas y bloqueadas.

candidato a la Alcaldía de S/C de Tenerife en 2015, por el CCN

@ignaciogonsan