No es la primera vez que publico el día final de año. Recuerdo que en mi anterior etapa de columnista en la desaparecida Gaceta de Canarias, siendo Martín Marrero (actual portavoz del Gobierno autonómico) director, coincidió la señalada fecha con mi día de publicación, que en aquella época eran los sábados. Hasta que un godo recalcitrante, el tal Catalán, de infausta y desagradable presencia, que venía rebotado de EL DÍA, vetó mis artículos por independentista. O sea que, eso de defender las ideas políticas de forma pacífica y con la palabra como única arma, en ese supuesto "Estado de derecho" que dicen es España, es una auténtica falacia, y una broma de mal gusto. Máxime, si en aras de tu libertad de expresión e insobornable independencia de criterio, escribes artículos que son políticamente incorrectos y, encima, denuncias la situación colonial de esta tierra y, en consecuencia, pides abiertamente la inaplazable descolonización de Canarias y la consiguiente emancipación del pueblo canario.

Pero ese es otro tema. Lo que realmente me interesa comentar hoy lo dice claramente el interrogante del título: ¿es verdad eso de que año nuevo, vida nueva? Mucho me temo que no, si observamos atentamente la cada vez más deteriorada situación socio-económica de Canarias sin, al parecer, solución de continuidad; y las leyes leoninas que nos impone la metrópoli, para hacernos cada día más dependientes del exterior en todos los aspectos, y que no levantemos cabeza. Todo cambio pasa, por tanto, hay que decirlo una vez más, por acabar con el vil y denigrante estatus colonial de Canarias; sometida y subyugada por España desde hace casi seis siglos, que nos expolia y saquea sin piedad; y que ahora pretende, incluso, apropiarse de un valioso recurso natural existente en nuestras aguas, autorizando ilegalmente la exploración y explotación por parte de la multinacional Repsol de los yacimientos de hidrocarburos (petróleo y/o gas) localizados en aguas adyacentes entre Canarias y Marruecos. Y que debido a nuestra secular indefensión político-jurídica, están situados en la Zona Económica Exclusiva de Marruecos, instituida en el año 1981. Y más exactamente, en su Plataforma Continental que, tal como ha sostenido repetidamente el Tribunal Internacional de La Haya, en otras tantas sentencias, es un derecho "ipso iure" y "ab initio" del Estado costero, esto es, de Marruecos; mientras Canarias no se constituya en un Estado archipelágico, libre y soberano, sujeto de Derecho Internacional, y pueda negociar con nuestros vecinos el establecimiento y trazado de la correspondiente mediana entre el Archipiélago canario y el Reino de Marruecos, tal como determina expresamente el vigente Convenio del Mar, emanado de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, firmada en Montego Bay, Jamaica, el 10 de diciembre de 1982, de la que España y Marruecos fueron Estados parte.

En el 2014 continuarán, lamentablemente, las espeluznantes cifras de paro del pueblo canario; seguirá siendo una lucha por la supervivencia, que ya no será de cómo llegar a fin de mes, sino a fin de semana y hasta fin de día. Y como ha denunciado este periódico en su edición del pasado domingo en primera página, habrá más economía sumergida. Pero, sobre todo, España nos seguirá enviando más "peninsulares" que sigan actuando de colonos; y seguiremos padeciendo los estragos de la libre circulación europea, con la llegada masiva de ciudadanos de la UE, que ocupan puestos de trabajo, que le corresponderían por derecho propio a los canarios; y todo el lumpen de la Europa del Este que hacen que la densidad demográfica sea inaguantable, y que la carga sobre el territorio sea cada vez más insoportable.

Seguirán la prostitución, la droga, formula infalible para tener trincado a un pueblo (se comenta un peligroso repunte del consumo de heroína); y la desintegración, ¡¡y pronta desaparición!! de la sociedad canaria será un hecho consumado e irreversible. Mientras, seguirán las fuerzas españolas de ocupación en todas las Islas (Ejército, Guardia Civil y Policía, mayoritariamente), que con su intimidatoria y numerosa presencia, unida al ingente aparato de inteligencia, coartan la acción política y controlan y dificultan los movimientos de los patriotas canarios que luchamos pacíficamente por el derecho a decidir y la soberanía de Canarias. Pero no dispararán un tiro contra el pueblo. Todo seguirá igual para que nada cambie.

De todas formas, y pese a todo, ¡¡mis mejores deseos para el nuevo 2014!!