Ese es el caso de Paulino Rivero, nefasto presidente del Gobierno autonómico y falso nacionalista canario de CC; y de José Miguel Bravo de Laguna, ínclito presidente del Cabildo de Gran Canaria y nacionalista español del PP; ya que ambos están mutuamente "encartados", que no encantados, el uno con el otro. Y no es porque ninguno de los dos esté procesado, que se sepa, ni porque les guste el juego de naipes, que no lo sé. No. Se trata de una nueva y novedosa acepción de la palabra "encarte", referida a la afición a escribir cartas que le ha entrado a estos dos personajes, y que parece se ha puesto de moda.
A la denigrante carta de Paulino Rivero a Mariano Rajoy y al Rey de España (Ver, "Chivatazo españolista", EL DÍA, jueves 28 de noviembre de 2013), se le opone ahora la misiva de Bravo de Laguna a Rivero, que es una "explosión de españolidad", por cuanto sigue al pie de la letra la estrategia colonial española de "divide y vencerás", hurgando en la sangrante herida de los agravios comparativos y los famosos desequilibrios que tanto mal siguen causando al pueblo canario, y a la sagrada unidad de todas las Islas, sean o no capitalinas.
Pero antes de comentar algunos aspectos de la misiva de Bravo de Laguna, a quien ya dediqué un duro artículo (ver "¡¡Bravo José Miguel!!", EL DÍA, martes 27 de noviembre de 2012), tenemos que hacer algunas precisiones. En primer lugar, ni la carta de Rivero, ni ahora la de Bravo de Laguna se hubieran escrito si Coalición Canaria no fuera la prostituta política que viene copulando tanto con el PSOE (las siglas PSC son una engañifa, ya que sirven también para Cataluña) como con el PP. Recuérdese que las anteriores elecciones autonómicas las ganó por mayoría la candidatura del PSOE encabezada por López Aguilar; y para seguir gobernando, que es lo suyo, CC pactó con el PP y Paulino Rivero fue presidente con José Manuel Soria de vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda. Y en las pasadas elecciones de 2011 fue el PP el partido vencedor con la candidatura de José Manuel Soria; pero éste se vio cornudo y apaleado, ya que Paulino Rivero prefirió seguir poniendo la cama de CC y pactar con el PSOE -los dos partidos perdedores- para ser de nuevo presidente del Gobierno de Canarias, antes que posible vicepresidente con Soria de jefe del Ejecutivo. ¡¡Esa es la verdadera historia de las urdidas "desafecciones!! Con la particularidad de que siempre CC ha pactado indistintamente con el partido que gobernara en Madrid; y ahora, dados sus pocos escrúpulos, sufre las lógicas consecuencias de las desavenencias entre Gobierno y oposición españoles, dado el descarado bipartidismo que ha estado gobernando España después de la UCD de Adolfo Suarez.
La epístola de Bravo de Laguna está plagada de cifras y cantidades supuestamente dejadas de percibir por Gran Canaria; desglosando las partidas presupuestarias asignadas a inversiones que corresponderían a Puertos Canarios, Consorcio de Emergencias, sanidad, promoción exterior, etc. Haciendo hincapié en la controvertida Ley de Renovación y Modernización Turística aprobada este año en la que, según denuncia el presidente cabildicio, " se prohíbe expresamente la construcción de hoteles de cuatro estrellas en Gran Canaria", que es lo que ha vendido a los habitantes de esa Isla para conseguir 50.000 firmas en la manipulada y pleitista campaña "Por Gran Canaria. Sí podemos".
Pero lo más grave de la beligerante carta de Bravo de Laguna a Rivero es que este nuevo guanarteme amenaza, claramente y sin tapujos, con la fractura de Canarias -ya fraccionada por su condición de Archipiélago- cuando dice literalmente: "Mi deber como presidente de Gran Canaria, de su Cabildo, es llamar tu atención de que todo esto, de no corregirse, llevará a esta Isla a un desapego y desafección inequívocos de la autonomía y a plantearse una autonomía insular plena". Una seria y clarificadora "advertencia" (ya el PGC de Onelio Ramos hablaba de doble autonomía) que pone de relieve, una vez más, cómo la isla de Gran Canaria parece tener vocación de "Isla Mayotte", que sigue uncida a Francia, pese a la independencia de la metrópoli francesa en 1997 del resto del Archipiélago de las Comores, al sureste de África, a quien pertenece.
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