Ayer se dio a conocer la noticia de que el paro había descendido en España durante el mes de noviembre y también en Canarias. Lo de Canarias es raro porque fuimos la primera colonia que tuvo un país europeo en África y seis siglos después somos también la última, ya que seguimos vilmente colonizados. De ahí nuestra sorpresa ante la disminución del desempleo en las Islas porque desde siempre los territorios colonizados se han llevado la peor parte. Las colonias no las encadenan sus respectivas metrópolis para que sus habitantes tengan empleo y progresen hacia el bienestar económico. Las colonias están para proporcionar recursos, fundamentalmente materias primas y mano de obra barata, a sus amos continentales.

No obstante, ¿podemos voltear las campanas y descorchar botellas de champán porque hay 931 personas menos demandando un trabajo en las oficinas de empleo? ¿Se han olvidado los optimistas que siguen viendo los brotes verdes visionados en su día por Zapatero de que tenemos casi 400.000 desempleados en estas Islas?

Que nadie se lleve a engaño: España no va a salir del abismo del desempleo mientras mantenga una legislación laboral heredada del franquismo. El dictador quiso favorecer en demasía los intereses de los trabajadores frente a sus empresas para acallar más que posibles revueltas sociales por culpa de la falta de libertades políticas y sindicales. ntes solo había un sindicato vertical controlado exhaustivamente por el régimen. hora hay varios que funcionan en paralelo con la misma verticalidad. Lo cual supone, como estamos presenciando cada vez que abrimos un periódico o vemos un informativo de televisión, que no solo hace trampas con los dineros públicos una única organización sindical sino varias, aunque todos sabemos que con Franco era difícil que un político, un funcionario o un líder de ese sindicalismo vertical metiese la mano en la caja. Por eso nos reafirmamos en lo que decíamos al final de nuestro editorial de ayer: "Sin despido libre y sin indemnización, sin ayuda oficial a las pequeñas y medianas empresas, y con comités de empresa agresivos, no habrá empleo, no habrá trabajo, no habrá producción, no habrá ahorro, no habrá inversión, no habrá riqueza, no habrá bienestar. Seguirá imperando la desesperación y la miseria porque recuperar 400.000 empleos es un sueño inalcanzable. Ni diez, ni cien puestos de trabajo y mucho menos mil. Y, recordamos, son 400.000. El tiempo nos dará la razón. Y los políticos responsables seguirán divirtiéndose".

La diversión la estamos viendo con el giro judicial que ha tomado la moción de censura del yuntamiento de Tacoronte. Sin embargo, y quedándonos de momento en el asunto de las leyes laborales que nos impone España, ¿a cuenta de qué tiene un empresario que pagarles las vacaciones a sus empleados? No nos importa que algunos nos critiquen por decir estas verdades mientras nos sigan avalando los lectores. Somos el periódico con más difusión del rchipiélago. Estamos a muchos miles de lectores del segundo que nos sigue. La gente sabe que buscamos el bien de Canarias. También queremos el bien de España y de los españoles, siempre que los políticos de ese país admitan que somos una nación colonizada que aspira justamente a conseguir su libertad. España puede salir adelante, pero para ello, insistimos, ha de cambiar sus leyes laborales y fiscales. El Gobierno de España debe moderar la voracidad de su gencia Tributaria.

También, como señalábamos unas líneas antes, debe acabar la orgía política en los ayuntamientos y cabildos. Lo que estamos viendo en Tacoronte es un simple levántate tú para sentarme yo. Lo mismo podemos decir del Cabildo de La Palma. Y el pueblo pasando hambre. Esto no tiene perdón de Dios. ¿Y del Parlamento de Canarias qué podemos decir? ¿Qué calificativo les damos a unas señorías que solo se han puesto de acuerdo para subirse los sueldos cuando ya había empezado la crisis y para reprobar al periódico que les afeó su vergonzosa conducta política? ¿Puede ser representativo de todos los canarios un Parlamento formado al amparo de una ley electoral que aplica topes absurdos para dejar fuera a los partidos patrióticos?

Nuestra desgracia es doble. Por un lado nos esclaviza y nos expolia el colonialismo, y por otro sufrimos la ineficacia de un Gobierno presidido por un necio político que no acierta porque no sabe. O nos liberamos de estas dos lacras o, como estamos cansados de advertir, delenda est Canarias. Con ambas plagas acabaría radicalmente la independencia. La libertad.