Aunque pronto tocará a su fin, pues comenzó allá por mayo, y culminará tras el concierto de clausura dedicado a Verdi, y las tres funciones de "Nabucco", producción de Auditorio de Tenerife como plato fuerte de 2013, me parece una temporada bastante apañadita. Ya para enero de 2014 se anuncia "Roberto Devereux", de Donizetti, con Celso Albelo y Yolanda Auyanet como protagonistas. Teniendo en cuenta los escasos recursos con que se cuentan, y que algunos precios se han puesto bastante asequibles, con ofertas incluso a través de alguna compañía telefónica, trataré de no perderme lo que queda, si la pertinaz e incómoda gripe me deja. Por cierto, según instrucciones de la superioridad sanitaria, los catarros, trancazos, resfriados y estados gripales tienen un límite monetario de 100 euros, razón por la que últimamente los galenos recetan paracetamol y poco más, sin posibilidad de aumentar el presupuesto, porque les llaman a capítulo. Así que zumito de naranja, manta y tirar de lo que tengas en casa. No quiero ser alarmista pero el virus de este año es bastante duro y si no te lo quitas pronto de encima se complica, como nos ha pasado a dos de los de casa. No queda más remedio que cama y resignación.

Cuando cada año voy a la ópera me vienen a la memoria muchos recuerdos y momentos inolvidables. En la época que pertenecí a la junta directiva de ATAO las dificultades eran enormes y siempre había voluntariosos que reclamaban cantantes de categoría y obras de repertorio. También había quien demandaba títulos menos conocidos, pero eran rechazados por temor al fracaso económico. Lo que nunca faltó fue ilusión, y contábamos con la mano férrea y disciplinada de don José Sabaté, hombre prudente, serio y solvente, que estuvo al mando de la asociación, y al que ATAO y Tenerife le deben mucho. Se salvaban económicamente las temporadas gracias a la firma personal de algunos directivos, ya que en aquellos tiempos no había forma de conseguir que los organismos colaboraran. Con mucho trabajo y tesón lográbamos llenar el teatro con una sola función por título, pero sin desprendernos siempre de un pequeño déficit negativo para la siguiente campaña. El dinero era invariablemente para nuestros vecinos, con lo que alcanzaron un prestigio y una estabilidad que lo han acreditado como uno de los mejores festivales de ópera de nuestro país. A pesar de las diferencias económicas notables, no dejamos de contar con grandísimos artistas, que cantaban en los teatros más reconocidos del mundo, a muchos de los cuales les he dedicado una reseña en los últimos meses: Alfreo Kraus, Piero Capucilli, Aldo Protti, Seta del Grande, Mariela Devia... y muchos más, con los que he repasado vivencias e imborrables recuerdos.

Ya en su momento don José vaticinó la desaparición de nuestra querida ATAO, y que el festival pasaría a dirigirlo el Gobierno de Canarias. No dejamos de luchar y el tiempo le ha dado la razón. Pero lo que más lamento es que ahora, además de no tener ni voz ni voto, ni siquiera sean vendedores de localidades. La asociación ha sido presa fácil de nuestras autoridades. Por eso alabo a Las Palmas y su compromiso con sus afiliados, que a trancas y barrancas siguen independientes y continúan con la labor, como también lo está haciendo ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera).

En este país sigue vigente el quítate tú para ponerme yo, y todavía no entiendo el empeño de los políticos por dirigir la cultura. Me dicen que, siendo ellos los patrocinadores, deben estar dentro y dirigirla, pero olvidan que el dinero no es de ellos, sino del contribuyente, y la experiencia me ha demostrado que donde participan los políticos como gestores culturales siempre hay fracaso económico, creando pozos sin fondo, y dejando déficit año tras años, amén de un montón de funcionarios y cargos que no pegan un palo al agua. Y si no vean la estructura del Teatro de la Zarzuela de Madrid, donde hay más trabajadores que artistas.

En fin, me he salido por la tangente y no he comentado nada de la programación de este año, pero lo haré la próxima semana. A disfrutar de buena música y a reencontrarse con los amigos y aficionados que quedan.

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