Lo primero que tengo que decir es que la ópera de Mozart, en general, no me gusta. Salvo de la quema a "Don Giovani", "La flauta mágica" y una parte de "Las bodas de Fígaro", pero de las demás puedo prescindir. "Cosí fan tutte" es tediosa, aburrida y un verdadero adormecimiento. Vaya por delante que mis palabras puedan causar estupor, pero es que esa música reiterativa y monótona puede conmigo.

Acudí a la función del viernes 25 de octubre, y me sorprendió gratamente el montaje, aunque estuviese trasladado del contexto histórico. Escenografía, vestuario, atrezzo y la magnífica luminotecnia nos mostraron una muy excelente producción, que podría pasearse por cualquier lugar del mundo con éxito garantizado. Los seis componentes del elenco, jóvenes promesas, cumplieron con una partitura difícil y comprometida, pero sin el menor lucimiento, ya que este gran compositor creó la música para su exhibición personal, y nunca permitió que los cantantes destacaran. Estuvieron bien arropados por unos cuarenta músicos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife y un pequeño coro de la tierra. Ambos cumplieron acertadamente.

En una ocasión, Kraus me dijo que la había grabado, y conseguí el disco, pero nunca he logrado terminar de escucharlo. Decía que los cantantes se matan a trabajar y que al final el lucimiento era para el autor, así que no volvió a cantarla más. En una entrevista, la gran mezzosoprano Elina Garanca, lituana de nacimiento y con residencia en España, dice: "Cuando canto a Mozart encuentro al público como desconcertado y aburrido. Sin embargo, cuando hago música española o romanzas de zarzuela, el público está exultante, alegre, divertido...". Ya van dos, parece que no soy el único que lo piensa.

La elección de esta obra ha sido un error de programación. Demuestra un gran desconocimiento de lo que le gusta a nuestro público, y lo prueba que, aun bajando un 50% el coste de las localidades, apenas había ocupado una tercera parte del aforo. Ni con precios tan bajos, 12,50 € la butaca, pudieron hacer taquilla, pues fueron cuatro funciones, y podrán comparar con las tres de "Nabucco" a final de mes. Tres detalles a destacar: primero me pregunto si algunos asistentes supieron exactamente de lo que iba la obra, pues se olvidaron de poner el argumento en el programa; en segundo lugar, quisiera hablar del aspecto de las butacas, muchas descascarilladas, y es una pena, pues costaron un pastón; por último, y con todos los respetos, algunas personas se echaron una buena cabezada durante la función. ¡Errar es humano, pero aprender es de sabios!

Lo que sí me preocupa realmente es el mal ambiente que existe entre algunos cantantes de la tierra con la actual dirección artística, coordinación de producción, o como quieran llamarlo. Muchos de ellos se han quejado porque consideran que los actuales organizadores del Festival están ninguneándolos. No puede ser que artistas que llevan años haciendo papeles esta temporada no tengan cabida, que no les permitan hablar con la "cúpula", o que les releguen al coro. Podría dar nombres, pero no quiero que se vean perjudicados. Ya es bastante frustrante que, siendo de la tierra, te pongan trabas y zancadillas, como le ocurrió a una prometedora soprano, a la que negaron el permiso de faltar a un ensayo del coro de esa ópera para poder hacer uno de los papeles solistas de la zarzuela, y con la insultante frase del coordinador: "Si cantas en la zarzuela, no cantarás nunca más conmigo". Esto afecta y duele, está fuera de lugar, y más en una etapa en la que todos debemos remar en la misma dirección. Hay modos y formas de decir las cosas, y está la comunicación para ponerse de acuerdo, pero lo que no es lógico es que a un artista le corten las alas en su propia casa. Si esta va a ser la postura del futuro, mal vamos, y como me decía mi hermano cuando le hacíamos una pillada: "En la subidita te espero". La vida da muchas vueltas, y hoy ocupas un gran puesto pero mañana puedes quedarte en casa.

Lamentable actitud y escasa mano izquierda que espero corrijan, porque en tantos años dedicados a la música, nunca pensé que por defender lo nuestro se recibiera tan desagradable desatino.

aguayotenerife@gmail.com