Es verdaderamente triste el espectáculo que está dando el PP a cuenta de los Presupuestos Generales del Estado y el trato indigno que dan a Canarias. Una buena muestra la tuvimos en el último Pleno del Cabildo, en el que el Grupo Popular renunció a más de una hora de intervención y a dar la palabra a sus nueve consejeros (no es muy aficionado el portavoz popular a dejar hablar a los demás) en el debate de las mociones que reclamaban una financiación justa para Tenerife y para el Archipiélago.

Su situación tampoco es fácil, porque a la vista de los datos está que el Gobierno de Mariano Rajoy no respeta los compromisos con las Islas y aplica la tijera con ahínco y ganas, a pesar de que Canarias ha cumplido con los objetivos de déficit ajustando el gasto al máximo. Ni el más fanático podría negar esto. Otra cosa es que pretenda disfrazarse esta situación con estrategias pintorescas.

Me refiero a las "negociaciones discretas" que varios dirigentes populares del Archipiélago han asegurado estar manteniendo con varios ministerios. La jugada es de manual: si sale bien, me apunto el tanto de haber ablandado el corazón de los ministros; si sale mal, silbo y hago mutis por el foro. Eso siempre y cuando toda la estrategia no esté pactada de antemano. En cualquier caso, no engañan a nadie con esos trucos.

Y se dan situaciones esperpénticas, como, por ejemplo, jactarse de que se han conseguido 100.000 euros para Las Chumberas. Una cantidad irrisoria, ridícula, una ínfima parte de lo comprometido y de lo necesario para la reposición acordada entre todas las Administraciones. Cuando el PSOE de Tenerife tuvo que enfrentarse al Gobierno de Rodríguez Zapatero para conseguir el compromiso firme de intervención en este barrio, lo hizo. No cabe disciplina de partido cuando ves a esos vecinos viviendo entre pilares con la angustia permanente de que el techo se les pueda venir encima. El convenio plurianual para la reposición de Las Chumberas fue un logro de todos, y el PP lo está destrozando sin contemplaciones.

Otro tanto podemos decir de la Catedral de La Laguna, patrimonio de todos los tinerfeños y espacio de vínculo emocional especialmente fuerte para su feligresía. Un millón de euros se destina a la rehabilitación de este edificio, en forma de subvención del Ministerio de Cultura, y eso se vende como ser serios y cumplir con lo acordado. Pues no. Primero, porque es un dinero que no está en los PGE, y dado que los PGE plasman las prioridades políticas de un Gobierno, cabe entender que para éste ir parcheando la Catedral y acallando a los tinerfeños es la prioridad. Y segundo, porque es una cantidad que debía ir en la anualidad de este año del convenio, y encima es menor de lo presupuestado inicialmente.

Estos son sólo dos ejemplos, pero hay más. Podemos citar a la cúpula del PP canario recibido en el despacho de la ministra Fátima Báñez, de donde salen con la vitola de conseguidores de una partida para Empleo que el propio Ministerio había recortado hasta dejarla a cero. Mientras tanto, la consejera autonómica del ramo, Francisca Luengo, se entrevista con la secretaria de Estado, porque la ministra está demasiado ocupada exhibiendo su falta de rigor institucional.

Y con estas migajas el PP cree que ha cumplido con Tenerife. Pero no lo hace ni de lejos. Ni con Tenerife ni con los ciudadanos, ni especialmente con los votantes que depositaron en él su confianza. Si quisiera cumplir se estaría plantando en Madrid, haciendo frente común con el Cabildo Insular de Tenerife y el Gobierno de Canarias, reclamando lo que es justo para Tenerife y para Canarias. Si quisiera cumplir, claro.

*Vicepresidente y consejero de Bienestar,

Sanidad y Dependencia del Cabildo

Insular de Tenerife @aurelioabreutf