Y no porque quieran, no porque se sientan más ligeras de ropa para demostrar todas sus potencialidades y realidades palpables. Las Islas solo pretenden que se les reconozcan sus derechos y su historia. Y esto que parece fácil, perfectamente entendible por los de fuera y por algunos de aquí, existe un enrocamiento motivado por la política, por la mala política y también cabe la sospecha de que sea una premeditación urdida para no se sabe qué tipo de negocio hacer con ellas.

Las Islas fueron apetecidas y solicitadas al gobierno de España -en aquel momento mandaba Franco- tanto por ingleses como por alemanes, sobre todo por Hitler, para utilizarlas como plataforma logística para tener abiertos los espacios euro-africanos. Y mucho más atrás cuando las Juntas de Defensa, motivadas por la estampida del Borbón Fernando VII, y en plena Guerra de la Independencia, pudieron en aquel momento zafarse del statu quo imperante y formar parte de Inglaterra, o aun, de Brasil.

Las Islas, en su desnudez, siempre han estado bajo el objetivo de extraños, unos para anexionárselas y otros para alejarlas aun más de sí mismas, haciendo caso omiso a los compromisos firmados y establecidos.

Anteriormente era su posición estratégica lo que motivaba, y creo sigue motivando, las apetencias de países que pretendían hacerse con ellas, de ahí que mientras más miseria pudieran acarrear y más carencias se padecieran su desnudez era más evidente y más fácil sería tenerlas bajo su dominio. Pero hoy surge un elemento nuevo, que es el petróleo. Pero su potencial riqueza lo único que ocasionará será una nueva preocupación, el establecimiento de conflictos imprevistos, y dependencias de poderes espurios, negociadores y que les importará un pimiento seguir desnudando a las Islas a través de la inmundicia que pueden generar aguas petroleadas y malolientes.

Y la colaboración, quisiéramos pensar que no es premeditada, de los que tienen el deber de respetar los convenios firmados, y de los minitratados que deben tenerse en cuenta, y me refiero al gobierno del PP, que está demostrando cierta cortedad de miras en el manejo que ejercita sobre diferentes territorios. Sobre unos no acierta y la movilización que existe ya es preocupante para el mencionado gobierno, y para otros como si se estuviera en la tesitura de motivar algún tipo de reacción que condujera a las Islas a su desnudez histórica, que obligaría a levantar la voz con contundencia y con decisiones a tomar de más calado ante intereses firmados con otros países a espaldas de Canarias, lo que no solo sería repetir mañas viejas, sino que lleva apareados una falta de respeto y una chulería altanera.