Apesar de la difícil situación en la que se encuentran decenas de miles de familias canarias, que necesitan de la caridad ajena para vivir, y de que nuestro archipiélago sigue siendo la región española con mayor tasa de paro, el Gobierno de Canarias sigue sin tener claras las prioridades. Pretender gobernar a base de titulares de periódico, echando balones fuera y buscando culpables en cualquier lado menos en la propia casa, es una táctica peligrosa que solo aporta rédito cortoplacista y, consiguientemente, efímero. Después de un verano alardeando de los 200 millones adicionales a los que la región ha sido autorizada a endeudarse, el Ejecutivo regional se saca de la manga un reparto milagroso que, dicen, será la solución a los problemas de esta tierra. Difícil de creer, cuando no han sabido establecer prioridades con los casi 6.000 millones de que consta nuestro presupuesto.

Nuevamente, Tenerife vuelve a ver postergada la solución a sus más destacados proyectos, que siguen siendo desatendidos, sin que nadie, salvo el Partido Popular, revele lo que realmente sucede. Por eso, lamentamos el conformismo cómplice de algunos consejeros de Coalición Canaria y del PSOE en el Cabildo insular de Tenerife, plegados eternamente ante los incumplimientos del Gobierno de Canarias, el primer deudor de nuestra isla.

La última gama de esta concatenación de desaires gira en torno al anillo insular, eje fundamental del nodo de comunicaciones de Tenerife, y la obra civil más importante del archipiélago, que sigue sin poder ser usada. El último anuncio sobre su financiación ha terminado por demostrar que el gobierno insular, se somete ante las decisiones del Ejecutivo autonómico, aunque ello implique retrasar una necesidad ineludible para nuestra isla. Los seis millones de euros que Obras Públicas prevé destinar a esta vía son manifiestamente insuficientes, y no representan ni una cuarta parte de la inversión total que requiere, como tantas veces han recordado consejeros como Carlos lonso, a la sazón, vicepresidente de la Corporación insular. La contradicción reina entre los miembros del pacto, incapaces de ofrecer una postura seria a los tinerfeños.

No es de recibo que después de medio año de críticas al Gobierno de España y su supuesto maltrato a Canarias, callen ahora que esta importante obra corre evidente riesgo de sufrir nuevos retrasos. Esta actitud comprensiva es la misma que demuestran en materias que perjudican a Tenerife como la terminación del hospital del sur, un verdadero atentado al futuro de la comarca.

No es de recibo que se pretenda engañar a los tinerfeños, alimentando un estéril y ficticio enfrentamiento con los distintos Ministerios, pero dando una respuesta dócil y tibia a Paulino Rivero. Esta actitud abyecta y mezquina retrata una forma de actuar que, en modo alguno, compartimos. No nos define, y no nos gusta.

l sector de CC del que hablamos, queremos recordarle que no fue ningún dirigente del Partido Popular el que escenificó un pomposo anuncio en el sur de Tenerife, rodeado de alcaldes de la comarca, para anunciar que destinaría cerca de 15 millones de euros para culminar el anillo insular. Hoy, solo se han comprometido seis millones, nueve menos de lo prometido. lgunos deberían gastar esas fuerzas que les quedan para pedir a sus compañeros en el Gobierno regional a cumplir con lo anunciado, que es lo justo para los tinerfeños. Cuando los ajustes provienen de otras administraciones siempre queda la queja como recurso, aplicando una doble vara de medir, con el argumento de que no se puede hacer nada más. Eso es ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio.

En el Partido Popular, aunque les pese, seguiremos apostando por el consenso y las soluciones.

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