En Abc del pasado 4 de julio, el artículo "El ministro del "Año Juliano", que firma Iñaki Rodríguez Martín, hijo de Julio Rodríguez Martínez, constituye una verdadera loa biográfica del que se le conocía como ministro de Educación y Ciencia "Julito el Breve". Lo fue entre junio de 1973 y enero de 1974. Se aborda la noticia de las circunstancias de su nombramiento, tras una conversación con Carrero Blanco, y no como un error de Franco, como se lanzó por algunos, entre otros Ricardo de la Cierva. Se destaca su categoría científica y condecoraciones. Y las razones que le llevaron a establecer el curso escolar de enero a diciembre, como lo hay en Australia, Chile y otros países.

Al final, Iñaki Rodríguez ha tenido el detalle de citarme expresamente y esto me lleva a dos cosas. En primer lugar, confirmar cuanto su hijo dice del ministro Rodríguez. En aquellos momentos, teníamos nosotros la responsabilidad de la gestión de la enseñanza de iniciativa no estatal, así denominada por la Ley Villar Palasí, en la que colaboré.

Fue un año de fuerte crisis económica. El presupuesto de educación agotado. Pero el grave problema para la enseñanza privada, y su sobrevivencia, era como poner en marcha sus centros con los condicionamientos que la ley de 1970 tenía. Le visité, creo, en su casa de la calle de Bailén, de Madrid. Puedo hablar de su cordial y entrañable acogida. Y nuestras conversaciones fueron básicas para dejar gestionar, con Enrique García Ramal, una audiencia con el propio Carrero Blanco que fue decisiva, y para garantizar en adelante los conciertos y subvenciones para la enseñanza no estatal. Sería ingratitud no valorar y reconocer su posición.

Y en segundo lugar, como se anota por Iñaki, para confirmar el conocimiento del ministro Rodríguez de la realidad educativa en España, desde los problemas de la Universidad hasta las situaciones en los institutos y colegios privados, en zonas rurales, en una interpretación abierta y generosa de la ley, y no meramente técnica o burocrática o administrativa. De ahí nos surgió la idea de que la educación, como servicio público, se pudiera llevar, como ocurre con los taxis, también a través de los centros de iniciativa no estatal, cosa que se normativizó con su sucesor, también fallecido, Cruz Martínez Esteruelas. Iñaki, gracias.

*Premio Nacional de Literatura