Hace un par de semanas se estrenó el documental "Oligopoly 2: el imperio contra todos", que sigue la senda del programa "Oligopolio, el juego de la energía", emitido por el canal La Sexta dentro de su programa "Salvados". El primer documental analiza los efectos de la falta de transparencia, falta de competencia y mala regulación en el sector eléctrico y en el sector petrolero, es decir en la factura de la luz y en el precio de la gasolina.

El documental analiza el efecto de la regulación -y especialmente de la mala regulación- para provecho de unos pocos. Un oligopolio es mercado manipulado y controlado por un escaso número de actores. Una de las herramientas para eliminar competencia es a través de la complejidad regulatoria y el exceso de regulación, al incrementar muchísimo la complejidad del sector a través de la burocracia.

A través de la regulación se consigue que los consumidores estén pagando precios por la energía muy superiores a los que correspondería a los costes reales de prestarnos el servicio. De hecho, España tiene la electricidad, o mejor dicho el recibo de la luz más caro de Europa, solo superado por Malta y Chipre. En el sector de las gasolineras pasa algo parecido. No existen mercados libres ni verdadera competencia. El 83% de las gasolineras es propiedad de tres empresas que se ponen de acuerdo para fijar los precios.

De lo que estamos hablando es de ideas que ya expuse en "Canarias con futuro"; la captura del Estado a través de la regulación para eliminar competencia. Es decir, la creación de oligopolios que permiten la extracción de rentas poniendo precios más caros a los que se darían en un mercado libre y que les permite desligar precio, márgenes y costes.

Como expone el documental, el problema no es la competencia ni el libre mercado sino la mala regulación y la falta de transparencia. La falta de transparencia en el sector no es casualidad y la mala regulación no se hace por error o ignorancia sino por diseño. No en vano las empresas energéticas pagan campañas de los partidos políticos desde la Transición.

El segundo documental analiza en más profundidad el efecto de las renovables y los efectos del oligopolio del sector eléctrico. Las relaciones o "puertas giratorias" entre el sector y los políticos, así como los efectos de la concentración de la propiedad en el sector. Es decir, que para cambiar el modelo energético no es suficiente que cambiemos la forma de generar energía potenciando las renovables, sino que es igualmente relevante y crucial quienes sean los dueños de los parques eólicos y las placas solares.

Solamente será posible cambiar el modelo energético pluralizando la propiedad, ya que si los parques eólicos de más activos de generación continúan en manos de las empresas del oligopolio eléctrico nada cambiará.

Esta es una idea que también he expuesto en "Canarias con futuro" y en múltiples entradas a mi blog Mencey Macro. La necesidad de la acción colectiva económica a través de vehículos de inversión colectiva, que en el fondo no son más que cooperativas de inversión.

Si entiendes los dos documentales entenderás Canarias, excepto que el oligopolio y la mala regulación que denuncian los reportajes en Canarias están extendidos a todas las áreas de actividad: las licencias de importación del REA, el sector de transporte marítimo y aéreo, el agua, la electricidad, etc. Sin libertad de entrada a los mercados las tasas de rentabilidad que obtienen las compañías oligopolisticas -que mantienen el mercado cautivo con la complacencia del Estado español y el Gobierno regional- son elevadas y no se reducen por la competencia.

Además, ¿de quiénes serán las placas y los molinos eólicos en Canarias si no existen vehículos de inversión colectiva porque las entidades financieras canarias han desaparecido en su mayor parte? Una persona puede gastarse 50.000 euros para poner una placa en su casa, pero un parque eólico o una central de revalorización energética cuestan muchos millones. Como denunciamos en "Canarias con futuro", la legislación en Canarias tiene "bicho". El sistema de concursos y el subdesarrollo financiero están diseñados para castrar el acceso de la mayoría de la población a las oportunidades económicas dejándola fuera y excluyéndola.

Quizás lo que más gracia me hace -y lo que demuestra la mediocridad y la miseria de una gran parte de la sociedad canaria- es que muchos de los que aplauden estos documentales son los mismos que han criticado e intentando desacreditar mis propuestas tratando de descalificarme como facha, neocon y no sé cuántas lindezas más.

*Director de Mencey Capital