Pablo Pazflexiones el Gobierno canario habrá dado a luz un nuevo eslogan para celebrar (?) el día de Canarias. Ya saben ustedes que el que alumbró para la ocasión, "Más que nunca", coincidía, casual y sospechosamente, con el mismo que había utilizado para su último congreso el partido que lleva gobernado el archipiélago canario -aunque casi nunca ganan las elecciones, que ya tiene mérito la cosa-, desde hace no sé cuántos decenios.

Aunque ahora, y una vez soliviantado a una parte de la oposición y a una buena parte de los isleños, el presidente del gobierno ha decidido quitarlo para evitar que dicho eslogan constituyera causa de diferencia entre los canarios, aún está a tiempo de elegir este otro, cuya autoría cedo gratis: "Mas que nunca y menos que siempre", que viene a resumir, más o menos, lo que representan como partido y, sobre todo, como esperanza de futuro para el pueblo canario. O sea, absolutamente nada.

Porque, puestos a ser sinceros, hoy más que nunca estamos peor que siempre; y si no, ahí tenemos el desgarrador informe sobre el desarrollo humano y la pobreza en España y sus comunidades autónomas elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y la Fundación Bancaja, que ha sido demoledor en sus conclusiones; sobre todo con lo que respecta a Canarias, que viene a decir que desde el 2006 hasta el 2011 el índice de pobreza ha crecido nada menos que un 21%. Y lo que aún es peor es que estos datos vienen a decirnos que, si seguimos por este sendero de desesperanza y de lágrimas, y de prolongarse la crisis, se podrían tamben ver afectados los índices de salud y los de educación de los ciudadanos canarios.

Y esto es así porque tanto las variables de salud como la de educación se pueden ver alteradas si continúan los recortes indiscriminados en dichas áreas; produciéndose en dicho caso una peligrosa tendencia que acabaría causando un deterioro, tal vez irreversible, en el propio concepto del Estado del bienestar, al menos tal y como lo hemos conocido hasta ahora. No olvidemos que nos movemos en un escenario donde se pueden producir verdaderos problemas sociales, e incluso de orden público, si sigue la tendencia del fuerte crecimiento del paro en toda España, y muy especialmente en Canarias, donde ya se alcanzan cifras intolerables e inasumibles que rondan el 33%. Tan sólo está frenando o paliando este cisma social el hecho irrefutable de la presencia activa del núcleo familiar que se ha revitalizado y reforzado, conformando todo un entorno estable que está demostrando a los políticos cómo se pueden suplir las carencias, el aumento desmedido de los impuestos y los recortes indiscriminados y, además, sobrevivir.

Hoy, más que nunca, el gobierno canario y los partidos políticos del arco parlamentario, incluidos aquellos que ostentan poder o cualquier responsabilidad política en cualquier ámbito de nuestra administración, deberían saber que los principales problemas que padecemos tienen mucho que ver con la ejecución de una política prepotente, partidista y errática, que han sabido adaptar a la perfección al liberalismo salvaje que nos atenaza, así como el dispendio la corrupción y la malversación de los fondos públicos que ha propiciado un inmenso déficit al que no saben, ahora, cómo hacer frente.

Como consecuencia de un mal gobierno y de una pésima gestión, las administraciones han gastado mucho más de lo que han ingresado y, ahora, se encuentran con que no tienen fondos suficientes para hacer frente a las partidas de gastos que deben asumir: sanidad, educación, políticas sociales etc. y en vez de asumir sus responsabilidades políticas e incluso algunos hasta penales, lo que hacen es explotar y exprimir al ciudadano globalizando las culpas, socializando las pérdidas y privatizando las ganancias.

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