Sigue dando que hablar, y seguirá mucho tiempo así, el que ya llaman "decretazo" del presidentes del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, a los periódicos que, por hacer uso de lo que autoriza la Constitución española, critican políticamente la actuación del Ejecutivo autónomo. El Partido ocialista, que, desde las elecciones generales hasta el momento, ha sido uña y carne con Coalición Canaria y ha elevado y sostenido en la presidencia del Gobierno al señor Rivero, tenía que saber que era Rivero el autor del decreto para quitarse de encima las críticas veraces, en especial las de este diario, al que amenaza directamente y en plan farruco, que se suele decir, para hacer más fuerte la amenaza. El consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad del Gobierno, Francisco Hernández pínola, afirma que el tal decreto fue aprobado por el Gobierno a propuesta de Rivero y ya no hay dudas, que nunca las hubo, porque Paulino ejerció el citado farruquismo que utiliza en muchas ocasiones para demostrar que él es el que manda.

Confirmó pínola que el tal decreto se aprobó el 8 de febrero pasado y fue publicado en el Boletín Oficial de Canarias y no se sabe nada del tema hasta que a Barragán se le ocurre la mentira de que el Gobierno no quería hacer la vida imposible a los medios informativos no adulones, cuando la verdad es que el Ejecutivo quiere cargárselos si pudiera, en especial a EL DÍA.

Román Rodríguez, el líder de Nueva Canarias, en cuyo partido también se han mostrado críticos con el decretazo, dice que es una vuelta de tuerca más a lo mediocre y que en el Parlamento de Canarias la gente no está muy convencida del supuesto acierto. Y Barragán insiste en la mentira de que no se trata de hostigar a los medios informativos no afines.

Y ahí queda la cosa hasta el momento sin que se asegure que no va haber más sorpresas. Y no estaría mal del todo si pedimos al lector que repase nuestro editorial "No se silenciará la voz de Canarias", del número del jueves y el miércoles pasados de este periódico.