"El Gobierno aprueba un decreto contra los medios locales díscolos". Así titulábamos la noticia con la que abríamos ayer nuestra primera página. Dentro de su campaña dirigida a acallar a los medios de comunicación molestos, el Ejecutivo que preside el señor Rivero establece nuevas medidas para la inserción de las campañas de publicidad institucionales. Como también informábamos en nuestra edición de ayer, si el pasado 13 de enero un rotativo afín al régimen paulinista como lo es el periódico canarión "Canarias7" reconocía, de forma explícita en su editorial, que el Gobierno canario paga semanalmente una página de publicidad a todos los periódicos editados de Canarias, excepto a EL DÍA, confirmando así que existe una directriz emanada del propio presidente del Gobierno encaminada a excluir a este grupo de comunicación de sus campañas de publicidad, pese a ser el periódico más leído del Archipiélago, hace un mes, el 18 de febrero de 2013, el Boletín Oficial de Canarias recogía un decreto por el que se aprueban los pliegos de prescripciones técnicas generales en campañas institucionales que no tiene desperdicio porque, entre otras particularidades, el necio Gobierno que preside un déspota político establece que la cantidad de personas que leen un periódico deja de ser relevante para evaluar una propuesta de campaña en prensa. La razón de esta medida es muy clara. Si se tiene en cuenta la difusión ?es decir, el número de lectores?, EL DÍA tendría que ser el primer receptor de publicidad institucional al ser el diario más leído no solo de la provincia de Santa Cruz de Tenerife sino también de todo el Archipiélago. Algo que saca de quicio a los demás medios que salen a la calle en estas Islas, de forma especial al enjuto propietario de un periódico subvencionado de Las Palmas que no le perdona al editor de EL DÍA ni su éxito, que es evidente, ni que se negara a someterse a su disciplina. Prueba de ello son los continuos ataques de su gente ora contra José Rodríguez, ora contra algunos articulistas de esta Casa.

La felonía política del Gobierno regional no acaba aquí. El nuevo decreto también establece que no se insertarán anuncios en televisiones cuya audiencia no esté medida por Kantar Media ?no vale el Estudio General de Medios, que sitúa a El Día Televisión de nuevo a la cabeza? o carezcan de licencia otorgada por el Gobierno canario, cuando precisamente a día de hoy y por culpa del propio Ejecutivo que preside Rivero no hay ni una sola televisión local que cumpla esa condición al anular la concesión de licencias los tribunales.

De todo esto informábamos puntualmente a los lectores en nuestra edición de ayer. Hoy nos toca opinar y vamos a expresar lo que pensamos de este nuevo atropello contra la libertad de información y opinión. Un ataque directo a la democracia, porque con una prensa amordazada y al servicio del poder no puede existir ninguna democracia. La libertad de prensa es el alma de cualquier democracia y lo contrario, la censura y hasta el cierre de los medios que no son babosos con el dictador, constituye el principal rasgo de identidad de una dictadura. Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich, fue el brazo derecho de Hitler desde antes del ascenso del nazismo al poder hasta el final. Este es solo un ejemplo de lo que decimos; la historia del siglo XX está repleta de ellos.

Entenderíamos que nos quisiera silenciar un partido español estatista. No lo aceptaríamos porque jamás podemos renunciar a la defensa de los canarios y de su libertad, pero lo comprenderíamos. En cambio, nos cuesta creer que quien adopta esta medida sea un Gobierno sustentado por un partido que se presenta a las elecciones bajo el epígrafe del nacionalismo. ¿Son auténticos nacionalistas quienes atacan al periódico que defiende precisamente el que Canarias alcance el estatus de nación soberana con su estado? Nos cuesta pensarlo, aunque en realidad poco o nada hay que pensar. Hay patriotas en CC, lo hemos dicho muchas veces, pero la mayoría de quienes actualmente se refugian en las siglas de ese partido no para trabajar a favor de los canarios, sino de sus propios bolsillos, no son nacionalistas sino falsos nacionalistas. Son traidores a sus compatriotas, a los que han engañado ?y siguen engañando- descarada y miserablemente. Son anticanarios también por omisión, ya que si realmente amaran a su tierra no permitirían que Rivero estuviese ni un minuto más al frente del Gobierno y de la propia CC.

La situación de Canarias es muy crítica; es critiquísima. Estamos al borde de la desaparición, si no física, sí al menos como pueblo. La gente se muere en las listas de espera sanitarias después de haber tenido que ponerse en las colas del hambre para comer al menos una vez al día. Igual que los perros. El empleo y el tejido comercial desaparece porque no hay consumo. Así es como nos tratan los peninsulares y la mayoría de los gobernantes de CC: como perros. Y todo por culpa de un mago sin cultura que les ha caído encima a los canarios con la misma capacidad destructiva que el meteorito de los Urales. Un señor que, en su día, presumía de haber llegado a la sabiduría pese a sus humildes orígenes, y del que dijimos que, como él mismo expresó, era hijo de una gangochera -muy digna, sin duda-, pero que políticamente era un "hijo de p...". Lo hicimos porque somos finos, prudentes, juiciosos y cumplidores con la normativa. Lo hicimos porque no quisimos usar una palabra malsonante. Por lo demás, "hijo de p..." puede ser hijo de papá, hijo de pata, hijo de peta, hijo de pijo... Muchas cosas más.

De una forma u otra, tenemos que soportar a alguien que gobierna en Canarias con una trampa legal. Tenemos que soportar a una alimaña política. Una rata de alcantarilla que intenta acallar a EL DÍA de una forma u otra, al tiempo que favorece a los medios que le son fieles. Le va a costar mucho acabar con nosotros, salvo que recurra a un atentado con explosivos. Por si fuera poco, los periódicos a los que intenta favorecer no son grupos de comunicación. Ni uno solo tiene televisión. Uno tiene una emisora de radio. Los demás solo tienen deudas que paga el Gobierno de Canarias con subvenciones procedentes de nuestros impuestos. Periódicos obligados a mantener a Rivero porque de otra forma dejarían de salir a la calle.

Canarias está mal; muy mal. Lo reiteramos porque esta es la verdad. Estamos sometidos por un colonialismo español esclavizante y rapiñador de nuestros recursos. Lo peor es que también estamos en manos de políticos ineptos y tiranos que, en su afán por aferrarse al poder, no dudan en atentar contra el único periódico, lo reiteramos, capaz de defender la libertad de los canarios. La Encuesta General de Medios, junto con la OJD, es el patrón que se ha utilizado siempre para medir la rentabilidad publicitaria de un medio. Un índice que, volvemos a decirlo, sitúa a EL DÍA por encima de sus competidores. Sin embargo, no es eso lo que le vale al Gobierno del señor Rivero. Al actual Ejecutivo regional, del que también forma parte el PSOE, le valen los enjuagues, los amiguismos, las ayudas encubiertas y la persecución del periodismo limpio para fomentar la hez del periodismo.

¿Por qué ese odio a EL DÍA?, nos preguntamos, una vez más, al final de este editorial. Pues porque EL DÍA está con el pueblo y le canta las verdades al tirano político. No gusta este periódico y su editor porque José Rodríguez no es una alimaña. A las alimañas, entre ellas las ratas, hay que exterminarlas; hay que desaparecerlas de la política y confinarlas en las cloacas, que es su ambiente natural y también el lugar desde el que no pueden causar más daños a la sociedad canaria.