EL SUPUESTO reconocimiento de la fantasmagórica República Árabe Saharaui Democrática (RASD) por parte del Parlamento de Suecia ha constituido una mera y simple declaración de intenciones sin más efectos. O sea, la burbuja del Polisario ha estallado sonoramente ante el inequívoco y firme posicionamiento del Gobierno sueco, desmarcándose de esa rocambolesca iniciativa parlamentaria y dejando meridianamente clara la separación de poderes del Estado sueco.

Según la embajadora del país escandinavo acreditada en Rabat, Anna Hammargen, "Suecia no reconoce a la llamada RASD"; al tiempo que reiteró el apoyo de su país a los esfuerzos del Enviado Especial del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, para el Sahara Occidental, Christopher Ross (exembajador norteamericano en Argelia), para llegar a una solución mutuamente aceptable para todas las partes. "La posición diplomática para el Sahara se basa en el derecho internacional. Apoyamos el proceso de la ONU dirigido por Ross, y confiamos en él para encontrar una solución justa, duradera, y mutuamente aceptable para todas las partes", declaró a la agencia MAP la embajadora sueca. "La política exterior de Suecia es responsabilidad exclusiva del Ejecutivo, de acuerdo con la Constitución sueca", enfatizó.

La representante diplomática de Suecia en Marruecos dijo también que la moción aprobada recientemente por la oposición en el parlamento de su país "no tendrá ningún impacto en la posición sueca sobre la cuestión del Sahara o en las relaciones de Suecia con Marruecos", destacando que las relaciones entre los dos países se remontan lejos en la historia. "Tenemos relaciones profundas que estamos tratando de desarrollar económicamente y políticamente", dijo; al tiempo que recordó que en el próximo año 2013 se celebrará el 250º aniversario del Tratado de Comercio, la Paz y la Navegación entre Marruecos y Suecia.

Recuérdese que el pasado día 6 el Gobierno de Suecia se negó a reconocer la independencia del Sahara Occidental, justo el día siguiente de que el Parlamento aprobara una resolución instándole a ese reconocimiento. Tal como ha declarado un portavoz del Ministerio sueco de Asuntos Exteriores, Anders Jörle, "el Gobierno sueco rechaza el reconocimiento de la RASD". El día anterior, el Parlamento había adoptado una moción afirmando que "Suecia debería reconocer lo antes posible a la República Árabe Saharaui Democrática como Estado libre e independiente", y que debería igualmente trabajar por ello en el seno de la Unión Europea.

Esta moción, propuesta por los tres partidos de la oposición de izquierdas (socialdemócratas, Verdes y Partido de la Izquierda), fue adoptada gracias al apoyo del partido de extrema derecha Demócratas de Suecia. Los cuatro partidos que apoyan al gobierno de centroderecha votaron en contra. El mismo portavoz de AA.EE, Jörle, ha reconocido que "por supuesto esta es una declaración importante del Parlamento, que el Gobierno debe considerar" y "habrá una respuesta". Este portavoz ha explicado que el Gobierno detallará las razones por las que Suecia, como los demás países europeos, no reconoce la independencia de la antigua colonia española. "Suecia mantiene una postura tradicional respecto al reconocimiento de nuevos países: debe haber independencia, integración y autonomía. El territorio en cuestión debe estar controlado por el Gobierno, y la población debe estar también bajo su control", ha aclarado Anders Jörle. Y en este sentido, es importante constatar que el Parlamento sueco es el primero en pedir el reconocimiento del Sahara Occidental.

"Estocolmo considera que la autoproclamada por el Frente Polisario RASD no cumple con los atributos de reconocimiento, a saber: el territorio, la población y la autoridad efectiva"; por tanto, la pretendida República Árabe Saharaui Democrática no puede ser reconocida por los Estados serios, creíbles y respetables en el mundo". El Gobierno de Suecia no tiene ninguna intención de reconocer a la RASD", reiteró Jörle; agregando: "Incluso aunque el Parlamento sueco haya hecho una declaración sobre este tema", añadiendo que "tal decisión es competencia exclusiva del Ejecutivo que no tiene ninguna intención de secundar la moción parlamentaria".

De cara a la opinión pública y, sobre todo, a los canarios que apoyan la llamada "causa saharaui" (¡¡en lugar de defender la suya propia!!), aclarar que los diputados de la oposición en el Parlamento sueco, casi todos de extrema izquierda, son apóstoles de Fídel Castro y Hugo Chávez (como el presidente del Grupo de los Verdes, Mehmet Kaplan, de origen turco); así como que Cuba, Venezuela y Argelia son ficticios paraísos de los derechos humanos.

Fuentes del Parlamento sueco han informado de que durante el debate se hizo hincapié en que el Plan de Autonomía presentado por Marruecos era el camino más razonable para un arreglo definitivo de la cuestión del Sahara, que desmitifica la actitud de algunos de explotar la generosidad internacional cuando se dan este tipo de situaciones. Por su parte, Desirre MP Pethrus, del Partido Demócratacristiano, partícipe del Gobierno de coalición, dijo que el Parlamento había violado la Constitución sueca al hacer este tipo de prácticas. "Si la oposición puede iniciar discusiones sobre este tema a fin de ejercer presión sobre el Gobierno, el Parlamento no debe decidir estas cuestiones", dijo.

Pethrus recalcó el hecho de que "no es el reconocimiento de una entidad irreal lo que ayudará a la ONU a encontrar una pronta solución a este conflicto secular"; denunciando al mismo tiempo "cómo la situación en los territorios argelinos cedidos al Frente Polisario está fuera de control, y que toda la ayuda humanitaria destinada a los campamentos de refugiados es sistemáticamente desviada por el Polisario, cuyo apoyo no es unánime entre la población de los campamentos, que sufre, además, continuas violaciones de los derechos humanos", concluyó.

Pero el caso más esperpéntico sobre la artificial cuestión del Sahara tuvo lugar a finales de noviembre, protagonizado por unos llamados "observadores majoreros" que, según fuentes afines al Polisario, "habrían verificado el El Aaiún la escalada de acoso de la policía marroquí a la población saharaui". ¡¡Puras patrañas!!, dentro de la escalada de noticias falsas sobre Marruecos que difunden habitualmente los medios de comunicación en general, sin haberlas contrastado o verificado previamente. Es la abyecta estrategia de Argelia, que utiliza a la marioneta del Frente Polisario, enfrascado en una guerra mediática contra Marruecos para distraer la atención de sus tropelías.

Para ello, cuenta con otro tipo de "canarios de servicio", que se prestan a sus manejos. Entre los cuales se encuentran los miembros de la delegación que viajó a la capital del Sahara, compuesta por Claudina Morales (alcaldesa de La Oliva y diputada del Parlamento de Canarias, muy amiga del tal Ahmed Emboirik Omar, "embajador" de la virtual RASD en Venezuela, hermano de Omar Bachir Ahmed, miembro de la franquicia de la UGT en Canarias); Carmen Delia Gutiérrez (concejala del Ayuntamiento de Puerto del Rosario) y los representantes de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharahui en Fuerteventura Juan Francisco Chocho e Ico Ramos, que lograron entrar en El Aaiún tras la expulsión previa por la autoridades marroquíes de otros grupos de alborotadores, que tienen el cinismo y la poca vergüenza de autodenominarse "observadores". ¿Observadores de qué? ¿Quién les ha otorgado ese estatus? Y además, ¿quién paga esos viajes y las correspondientes estancias?

¿Todavía no se han enterado todos esos individuos e individuas de que con su irresponsable actitud le están haciendo un flaco favor a Canarias? A ver si se entera de una puñetera vez el confiado pueblo canario en su conjunto y, en particular, esos personajes tan "solidarios": ¡¡su "compasivo" y mimético apoyo al Frente Polisario, que no es, en absoluto, repito, el único representante del pueblo saharaui, le está costando muy caro a Canarias!! Ser amigos del Frente Polisario y hacerle el juego a Argelia, cuyo objetivo es constituir un Estado títere en la excolonia española para tener una salida al Atlántico para sus producciones de hidrocarburos, significa, ni más ni menos, ser enemigos de Marruecos, con todo lo que ello implica.

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