Reservamos para nuestro editorial de mañana unas interesantes reflexiones que nos ha enviado la Comunidad Canaria en Londres sobre la situación del país que nos coloniza. Hoy queremos abordar otros temas "lacerantes" en estas Islas que siguen vilmente esclavizadas por los españoles. Empezamos por una incongruencia. Hace algún tiempo, un concejal canario presentó una moción en un ayuntamiento de Santa Cruz en la que instaba un pronunciamiento de la Corporación capitalina sobre la españolidad de las Islas Canarias. Esa moción era absurda y, además, suponía una canallada para la memoria de nuestros antepasados. Tal acción política fue un insulto al sentido común, al patriotismo y a la propia integridad y dignidad de las personas que viven en este Archipiélago.

Ese concejal, nacido en Canarias, sigue por ahí tan campante. Fue y sigue siendo una vergüenza que todo un pueblo sufriese semejante desdoro municipal. Ahora, el señor Bermúdez, actual alcalde de Santa Cruz, ha ido a rendir pleitesía a la memoria de un patriota como Antonio Cubillo, pues se personó en la capilla ardiente de este prócer canario. También acudieron en diversos momentos otros falsos nacionalistas de Coalición Canaria. ¿Tendrá José Manuel Bermúdez la valentía de declarar la independencia de Canarias en el Ayuntamiento de Santa Cruz y lavar, con ese noble y patriótico gesto, la infamia que se cometió al aprobar la moción sobre la absurda españolidad de Canarias? ¿No es lógico, aunque después venga la lucha -la lucha pacífica, por supuesto-, declarar unilateralmente la independencia de Canarias? Después, como decimos, ya vendrán los arreglos que procedan con la metrópoli que nos esclaviza y saquea nuestros recursos.

Canarias está en África. Somos un archipiélago costero africano. Las nuestras son islas costeras de un continente y, como dijo en su día ese gran pensador venezolano que fue Arturo Uslar-Pietri, las islas son de los continentes. ¿Tendrá Bermúdez -volvemos a preguntarlo- la valentía de declarar unilateralmente la libertad de Canarias? ¿Por qué coño somos españoles? ¿Por qué en su día un país lejano masacró a los habitantes de unas islas que eran afortunadas hasta que pusieron sus pies en ellas los adelantados de Castilla? ¿Por qué sigue sin juzgarse en los más altos tribunales internacionales un genocidio cometido contra una raza tranquila y apacible? ¿Por qué siguen proclamando algunos canarios indignos de serlo la españolidad de este Archipiélago, cuando los españoles esclavizaron y vendieron en los mercados europeos a nuestros antepasados los guanches? ¿Qué afectos les debemos a quienes en el pasado nos atemorizaron con la Santa Inquisición y hoy lo hacen con la Justicia, con la Hacienda española y con algunos despotismos impuestos por la nación que nos coloniza? ¿Por qué tenemos que ser la colonia de una metrópoli y no una nación soberana como es debido?

No podemos olvidar -y ese es el segundo punto de reflexión para nuestros lectores que incluimos en este comentario- que Marruecos puede anexionarse el Archipiélago canario cuando quiera, al igual que está legitimado para hacerlo con las ciudades de Ceuta y Melilla. Ambos enclaves, restos del ignominioso colonialismo español en el Norte de África, son marroquíes -y no españoles- porque están en territorio marroquí. De la misma forma, Canarias está en la zona económica exclusiva de Marruecos. ¿Vamos a permitir impasibles que pasemos de colonia española a provincia marroquí sin acceder a nuestra legítima identidad de canarios?

¿Qué nos pasa a los canarios que seguimos aplatanados? El jueves se vio, durante el entierro de Cubillo, un enardecimiento popular. Fueron multitud los canarios que quisieron darle el último adiós a este sobresaliente luchador por nuestra independencia. Quienes lo acompañaron hasta su última morada son patriotas e hijos de la tierra, y no nacionalistas falsos y políticamente bolsilleros. Podemos decir que Antonio Cubillo recibió sepultura acompañado por gente que siente a su tierra y que guarda en su corazón los mismos anhelos que el desaparecido líder nacionalista.

¿Nos hemos parado a pensar los inmensos beneficios que nos traería la canariedad de Canarias, en vez de la falsa y ruin españolidad de nuestra tierra? Tendríamos beneficios económicos inconmensurables. No es exageración nuestra cuando decimos que podríamos ser uno de los países más ricos del mundo, e inclusive el más rico de todos. Podemos serlo, pero no lo somos porque los españoles se están mamando nuestras riquezas. Piensa en ello, canario; piensa en que si eres miserable es porque unos intrusos en tu tierra llevan seis siglos saqueando tus recursos.