TRES PUEBLOS, y tres diferencias. Tres situaciones reales y una imaginaria. Escocia, en el año 2014 y auspiciado también por el propio gobierno conservador-liberal de David Cameron, va a propiciar un referéndum por la independencia como "clarificador" del futuro político del Reino Unido. ¿Y qué fuerza tiene Escocia? La definitiva, la que vale. En las pasadas elecciones el Partido Nacionalista Escocés obtuvo la mayoría y llevaba en su lema de campaña electoral "Por la independencia de Escocia". ¿Y cual es la que posee Cataluña para ir camino de un Estado soberano? Simplemente que los nacionalistas, concretamente los de CiU, fueron votados por mayoría en las pasadas elecciones y una vez que han enarbolado sin tapujos ni componendas que están por la independencia de su país y que irán a las elecciones de noviembre amparados en ese lema, tienen tras de sí una mayoría social suficiente, y además se incrementará tras las próximas elecciones. ¿Y cuál es la que posee Canarias? Cuando se ha ido a las elecciones bajo el lema de la independencia no se logró nada, ni un concejal siquiera en este o aquel ayuntamiento. En Canarias, si se suma lo conseguido por el PP y PSOE, se observa que son más, y que uno sepa las políticas e ideología de una organización y otra nada tienen que ver con el nacionalismo canario, salvo los acuerdos programáticos y de Gobierno entre CC-PNC y la vigente legislatura a la que se ha sumado el CCN.

¿Qué es lo que falla en Canarias? No nos empeñemos en darle vueltas y más vueltas a un asunto que está perfectamente claro. El nacionalismo no es actualmente mayoritario para por sí solo poder constituir un gobierno, y si este nacionalismo -hoy atomizado- decidiera de manera tajante ir ya, en las próximas elecciones (como ha hecho el Partido Nacionalista Escocés y va a proponer en las elecciones de noviembre CiU más el resto de partidos independentistas catalanes), por la independencia del archipiélago, ¿se tendría un resultado que fuera satisfactoria como en Cataluña y Escocia? Seguro que no.

Y ante esta situación que es real, esta ahí, ¿qué se podrá hacer desde Canarias para que el verdadero sentido y objetivo de un pueblo sea obtener su libertad total o condicionada por este o aquel tratado o acuerdo que se pueda hacer en el futuro? Antes que nada tener por los que nos titulamos nacionalistas y somos un montón que entendemos por ello, por sentirnos nacionalistas. Una vez que esto esté claro, y no es un perogrullada, y el acuerdo al que lleguemos sea no solo una proeza que costó sangre sudor y lágrimas, sino un logro consolidado, ¿qué objetivos se marcan en el futuro? Porque el que los nacionalistas lleguemos a conclusiones definitivas no quiere decir que la población, la sociedad, vaya tras de esas propuestas. De ahí que o somos capaces de convencernos, primero nosotros para luego, y con prisas, eso sí, convencer al resto, o no habrá nada que hacer.

Los proyectos de las naciones (vamos a pensar e imaginar que Canarias lo es, que cumple los requisitos necesarios para que así sea considerada) llevan tiempo para que se consoliden y está claro que para recorrer un kilómetro habrá que comenzar por recorrer el primer metro.

Cataluña tiene su historia de vejaciones, venganzas y de ultraje a su espacio político-administrativo, que no solo fue pisoteado por el decreto de Nueva Planta de Felipe V, sino que a lo largo de su acontecer así se ha definido y ha sido una sociedad cohesionada, por la cultura y por la lengua; de los 200 ministros de gobierno central siendo Cataluña un referente de una importancia política y económica ostensible, solo tuvo dos ministros en las figuras de Cambó y de Joan Ventosa. Escocia sufrió ultraje y violencia que en la época de Margaret Thatcher alcanzó su punto más relevante con la no elección de ningún candidato del Tory Party en las circunscripciones escocesas en las elecciones generales de 1997.

Canarias sufrió la invasión y conquista castellana, que duró más de un siglo y estuvo dejada de la mano por los de dentro y por los de fuera, y aquellos canarios que fueron y son ministros del gobierno español se han limitado a barrer para otro sitio, lo que hace se pueda decir que el enemigo siempre ha estado en casa. La ciudadanía canaria tiene en contra potentes medios de comunicación y de desinformación de los poderes estatales y los contrarrestamos con apenas nada; los medios nacionalistas puestos al servicio de la construcción nacional son exiguos y habrá que potenciarlos para eludir nuestras debilidades de esos espacios y eliminar las creencias que tenemos de una condición mixta como pueblo.

Canarias llegará a codearse con Cataluña o Escocia y otras naciones sin Estado que van en su búsqueda cuando la población lo diga y lo reafirme; cuando esa población esté perfectamente convencida de que el nacionalismo es una opción política que pone las cosas en su sitio, y recompone los mapas que se han confeccionado desde la violencia y desdee el maridaje. Hoy no son el mar, los muros o los barrancos los que dividen y separan países, la frontera es la cultura y cuando esa cultura se comparte se fortalece y el objetivo está definido estaremos ante la construcción de Canarias como nación, como Cataluña, como Escocia. Dentro del mosaico de las entidades nacionales todo tiene su tiempo y este no se puede acelerar o retardar sin que se sepa la mayoría de un pueblo hacia donde pretende caminar. Los nacionalistas tenemos claro, o debemos tener claro, que el camino a recorrer es la construcción nacional de Canarias, solo falta que el resto se lo termine no solo creyendo sino apoyándolo. Y eso se hace en las urnas. Hoy por hoy no existe otra alternativa posible.