HACE un par de semanas salía publicado un artículo en la prensa alemana que decía: "España no debería recibir más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas".

Continuaba el artículo diciendo que "las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60% de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes-, pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE-15- o pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces (...).

A España tampoco le falta talento ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel. La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado inviable, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio".

Esto lo hemos repetido hasta la saciedad en los artículos publicados en el periódico EL DIA, en los artículos publicados en mi blog menceymacro y estaba implícito en el libro "Canarias con futuro", publicado hace ya más de dos años. Pero no me creas a mí, cree a la periodista alemana.

Hace unos meses, Daron Acemoglu, el prestigioso profesor de economía del MIT de Massachussets y considerado uno de los pensadores globales más influyentes, publicó un libro titulado "Por qué fracasan las naciones". Los argumentos de Acemoglu, que dividen a las sociedades y a las instituciones que las gobiernan en inclusivas y extractivas, son exactamente los mismos que estaban implícitos en "Canarias con futuro" y en muchos de los artículos que he publicado, solo que usando nombres distintos. De nuevo, no me creas a mí, cree a Acemoglu.

Si la corrupción y mentalidad extractiva es alta en España, en Canarias lo es aún más. Es cuestión de escala, como los terremotos. Si España sufre una corrupción nivel 5 en la escala de Richter, Canarias sufre una corrupción nivel 10.

Pero esta situación no es error ni ignorancia ni desconocimiento, es diseño. Sin innovación no hay crecimiento y sin crecimiento no se genera empleo. Pero la innovación tiene un problema, y es que le mueve la silla a la oligarquía, y por eso la bloquea. No podemos separar el tamaño de la tarta de la forma en la que se distribuye. Si hacemos la tarta más grande se va a distribuir de otra manera, y esto afecta negativamente a los equilibrios y el reparto de poder existente..., y eso es precisamente lo que no quiere la oligarquía extractiva. Lo que pretende es seguir extrayendo rentas cómodamente en forma de subvenciones y privilegios a costa de las oportunidades del resto de la sociedad.

La estrategia básica de cualquier élite extractiva es bloquear el cambio, cualquier clase de cambio. Las consecuencias de no querer cambiar para mantener la comodidad de los privilegios extractivos de la oligarquía política, económica y financiera son unas tasas de paro tercermundistas, un 48% de los niños canarios viviendo bajo el umbral de la pobreza, los jóvenes forzados a la emigración y la desaparición de la clase media.

La respuesta a esto no está en la izquierda ni en la derecha, está en poder transformar las instituciones económicas y políticas de extractivas a inclusivas. Si nos fijamos en los aspectos estructurales que permitirán esa transformación, nos damos cuenta de dos cosas. Primero, que es imposible que dicha transformación se pueda dar en Canarias mientras siga perteneciendo a España; y segundo: que la independencia es una condición necesaria pero no suficiente. Para generar una sociedad inclusiva y próspera, es necesaria una completa transformación del tejido social y las estructuras económicas. Para ello es necesario abandonar ideas tóxicas y obsoletas que dan lugar a teorías tóxicas y obsoletas.

Estas y otras ideas son las que incluiré en mi nuevo libro, pero aportando soluciones, porque quedarse solo en el diagnóstico y no aportar soluciones es dejar la cama a medio hacer.

Las consecuencias de no querer cambiar ya las conoces.

jorge.dorta@mencey.ch