1.- Debo reconocer que me encuentro desolado. La musa de los analfabetos nacionales, la sin par BelénEsteban, deja la tele por estrés. La llamada princesa del pueblo, como LadyDi, cuyo mérito principal fue su emparejamiento productivo con el torero retirado JesulíndeUbrique, abandona los platós. No se preocupen, volverá para desgracia de la cultura carpetovetónica. Está tan mal este país que "Le Monde", al que le gusta tanto cachondearse de España, le dio portada a Belén, para desgracia de los fenómenos mediáticos. El termómetro cultural de España es Belén Esteban y esto no tiene remedio. Le sale una sustituta de lujo: una ex peluquera, RosaBenito, cuñada que fue de RocíoJurado y elevada por PaoloVasile, el factótum de Tele5, a los altares del canal, por si le fallara la otra y su estrés fuera de verdad (que yo creo que ha sido inventado por el propio Vasile, que es un genio de la horterada hispano-italiana). Así que Belén, cuya nueva y actual boca podría asemejarse a un dibujo desparramado de RobSholte, se tomará unos días de descanso hasta que Vasile le diga: "Sal y muerde".

2.- Será entonces cuando la princesa del pueblo de la boca desparramada y la nariz difusa volverá a los platós, a poner a caldo de pota a quien se tercie. Convenientemente jaleada por esa corte de analfabetos funcionales, corifeos impresentables de un impresentable programa, conducido de manera magistral por un filólogo mediático: JorgeJavierVázquez, que se ha contagiado del ambiente y parece tan analfabeto funcional como el elenco (de una manera injusta, porque es un hombre culto, o al menos lo parecía antes).

3.- Así que, amado público, estoy profundamente triste, desolado diría yo, por la desaparición de la Esteban de mis sobremesas eternas; una mujer que tiene la rara condición de dar tantas y tan aviesas patadas a la gramática que no deberían dejar a los niños escucharla, porque podrían salir del cuarto de la tele con el síndrome de la pérdida total del castellano. La Real Academia Española de la Lengua tendría que tomar cartas en el asunto y escribir seriamente a Vasile pidiéndole clemencia para el pueblo español, tan noble y tan injustamente tratado por su "Sálvame de Luxe", todo un bodrio, un subproducto y un cachondeo. Porque este país, y más con la crisis que vive, no puede seguir viviendo a expensas de tales burros irredentos que le están haciendo un daño infinito con sus pésimos reálitis (he castellanizado la palabra inglesa; total, aquí ya hace cada uno lo que le da la gana.)

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