"NECESITAMOS cambiar el rumbo y las bases de acción política para construir y gobernar". Vamos a comentar algunas propuestas, siempre haciéndolo con el limitado espacio de un artículo de prensa, intentando ser lo más concisos posibles para dejar claras unas ideas que nos parecen fundamentales a la hora de seguir actuando en la gobernabilidad de Canarias, del orden político o empresarial, relacionado con su sector turístico.

Dice Vanellas (Córdoba, Argentina): "El ser humano tiene la necesidad de vivir en sociedad para satisfacer sus exigencias. ¿Qué futuro podemos crear si en cada acto maltratamos el presente?". Ese presente que acá está acabando con sus valores históricos. Casos concretos: la entrada a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife; las viejas e históricas calles, parques y plazas de esta ciudad; el paisaje del sur de la isla, con el crimen de las impresentables torres metálicas para conducir la energía eléctrica, o el bucólico y ahora abandonado edificio del que fuera Gran Hotel Taoro, en Puerto de la Cruz. Simples y elocuentes ejemplos, para no hacer más comentarios. ¿De qué desarrollo sostenible se está hablando aquí? ¿Sabrán acaso los que emplean este término de lo que están tratando, o creen que con sus engoladas posturas pueden seguir engañando al pueblo toda la vida?

"Urge comenzar a construir una sociedad más justa, donde queden superadas las ideologías que, de una u otra manera, han fracaso en el mundo. Es necesaria una transformación de la sociedad que permita el encuentro con la espiritualidad, con valores que remuevan nuestras conciencias".

¿Vamos a seguir con el tema del turismo canario "corriendo sin saber a dónde vamos, enloquecidos, atropellándonos unos a otros", sin ideas claras de cómo y por qué hay que hacer las cosas? ¿Hasta dónde vamos a llegar elaborando leyes que solo han servido para destrozar lo poco que teníamos, como el caso de la célebre ley de la mal llamada "moratoria"?

Necesitamos una transformación moral desde su raíz que se debe verificar en toda la clase dirigente y en el común de las gentes. Necesitamos despertar para que la pesadilla que nos está tocando a la puerta no se convierta en la ruina de Canarias, de su turismo, su principal fuente de vida.

Sabemos que estas líneas no van a servir de nada, a lo más de burla, o de alguna agresión, como estamos acostumbrados a recibir, de una u otra forma, con el fin de acabar con nuestros comentarios, empresas y programas, donde actuamos con toda la buena fe del mundo con la finalidad de potenciar el turismo en las Islas y su proyección internacional.

"Quienes más responsabilidad tienen de esta catástrofe -escribe Luis Christian Vanella-, de esta degradación social, ambiental, han obtenido a cambio dinero, fama, privilegios... Son sus culpas claras y objetivas. No obstante, cada individuo tiene el derecho y el deber de corregir sus propios errores, de modificar sus comportamientos. Debemos recurrir a nuestras fuerzas más recónditas, a nuestras convicciones más íntimas, blandirlas como espadas para luchar contra la indiferencia, contra la apatía; son estas el caldo de cultivo de las injusticias".

"Necesitamos despertar, pues esta pesadilla es nuestra ruina. Para ello debemos dejar a un lado los sectarismos, tomar conciencia del momento en que vivimos".

"Aquellos que tienen conciencia de lo que ocurre no pueden cerrar los ojos y evitar la realidad. Quienes quieren vivir en un mundo mejor, en donde el respeto, la tolerancia, la solidaridad y la transparencia sean leyes fundamentales de la sociedad, deben cumplir con su parte".

No podemos seguir permitiendo que los "vivos" -por llamarlos de alguna curiosa manera- sigan haciendo de las suyas, robando y engañando a todo el mundo. Los ladrones tienen que estar en la cárcel y no en la calle riéndose de quienes han robado con los más viles engaños.

Tenemos necesariamente que plantearnos unas nuevas formas de gobierno que presten la debida atención a los grandes problemas que se nos avecinan, y que ya los tenemos acá, con el cierre de establecimientos de recepción turística, y con la seria amenaza de otros tantos que cerrarán próximamente, por no poder resistir el cambio de unas estructuras del turismo internacional que no hemos sabido manejar debidamente, encajados en manos inexpertas y faltas de la profesionalidad necesaria para navegar en unas aguas cuyas corrientes van cambiando paulatinamente a medida que la sociedad se culturiza y nuevos estratos de la población del mundo acuden a la llamada del turismo. Consecuentemente, asistimos al nacimiento de nuevos destinos, algunos de los cuales estamos apoyando económicamente desde estas islas, sin medir para nada las consecuencias que esto va a producir en unas islas cuya fuente de vida actual, como decimos, es precisamente el turismo.

"Nuestra sociedad está cansada de que le mientan, está cansada de no creer en nada". Tenemos el deber moral de revertir esta situación. El turismo canario necesita planes bien estudiados y acciones seguras que vayan desde la conservación de sus señas de identidad hasta la valoración de su factor humano. Nos incumbe a todos la responsabilidad de los hechos. No podemos limitarnos a culparnos unos a otros, como en el caso del "crimen del sur" con sus torres metálicas, o el del Gran Hotel Taoro, donde nadie se hace responsable de los hechos. El destrozo de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife o el tema de la playa de Las Teresitas son ejemplos históricos que sirven para ilustrar los desaciertos más sonados que están ocurriendo en nuestras islas, pese a que algunos estén mirando para otro lado y se quieran abstraer de una realidad latente que no admite la más mínima discusión.

Queremos ser optimistas. La campaña que sigue este periódico, EL DÍA -el más leído de Canarias-, en busca de una solución política a nuestra humillante colonización es una esperanza que nos lleva a soñar con unas islas donde prevalezcan la justicia y la razón, en base a la solidaridad que hay que respetar para que gobiernen los que sepan, los que estén capacitados para ello, que le den el equilibrio político, empresarial y social al desarrollo que Canarias necesita.

Volvemos a lo que dice Luis Cristian Vanella: "Necesitamos organizar nuestro presente y nuestro futuro de la manera más inteligente, optimizando todos nuestros recursos, empezando por el principal factor de éxito: el factor humano".

Lo escribimos casi igual, y publicamos, en enero de 2008, en este diario EL DÍA, solo hace poco más de cuatro años: ¿qué ha ocurrido?: nos han pasado factura.