EL MERCADO Común del Sur (Mercosur), en portugués Mercado Comúm do Sul (Mercosul), es un bloque subregional creado en marzo de 1991 con la firma del Tratado de Asunción. Está integrado por Argentina, Brasil, Paraguay (actualmente suspendido por la violación de la Cláusula Democrática del Protocolo de Ushuaia), Uruguay y, recientemente, ha sido incorporada Venezuela. Son países asociados Bolivia, Chile, Colombia, Perú y Ecuador.

Establece como principio fundacional la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre países, el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial integrada, la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados parte y la armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.

Permite la libre circulación de ciudadanos, es el mayor productor de alimentos del planeta, el quinto bloque económico mundial, tiene un PIB de 3,3 billones de dólares, lo que representa el 82,3% del total de Sudamérica. Cubre un territorio de casi 13 millones de kilómetros cuadrados y cuenta con más de 270 millones de habitantes (cerca del 70% de América del Sur). Siete de cada diez sudamericanos son ciudadanos del Mercosur.

Han llegado a acuerdos preferenciales con muchos países (India, Israel, Egipto, Cuba, México...) y zonas (Comunidad Andina, África Austral). Argentina lidera el PIB per cápita, con 18.319 dólares -Canarias puede andar sobre esa misma cifra, pero en euros, con el contraste de que en el mismo Estado español conviven otros territorios con PIB como el del País Vasco (31.288 euros), Navarra (30.068) o Madrid (29.731), que casi doblan al de las Islas-; después, Uruguay, con 15.786 dólares; Venezuela, 13.070, y Brasil, 12.181.

Sus retos son enormes, entre ellos lograr los verdaderos propósitos del proceso de integración, cosa que no ha sucedido porque, en realidad, funcionan como zona de libre comercio más que como la Unión Aduanera completa que pretendían. Esto se debe a varias circunstancias. Dos ejemplos: 1.- La liberalización del comercio intrazona en el Mercosur no es plena (por ejemplo, los sectores azucarero y automotor están exceptuados del arancel cero). 2.- Si bien existe un arancel externo común para muchas mercaderías, hay numerosas excepciones al mismo, y los Estados parte tienen la potestad de confeccionar una lista en la que se indican qué bienes quedan exceptuados de dicho arancel; la lista puede modificarse semestralmente.

En un mundo que se mueve cada vez más hacia la globalización, el objetivo final de todas estas trabajadas alianzas es elevar las condiciones de vida de los ciudadanos. Ese debería ser el único objetivo. Desde el punto de vista económico permite el acceso a un mayor mercado, generando economías de escala y con las ventajas arancelarias de libre mercado y del comercio internacional.

Se trata de que ganen todos, repito, esta es la clave, "todos". Pero desgraciadamente no siempre sucede así. Lo mismo se pretendió cuando se estudiaban las condiciones para la entrada de España y de Canarias en la CEE, luego convertida en la UE. El modelo con el que se incorporaba al archipiélago se basaba en nuestra participación en el club con el sector primario y turístico de abanderados. Lo que no sabíamos es que por sus acuerdos con países terceros el primero de estos sectores se iba a desmontar progresivamente, empezando por la pesca, que ahora se desembarca en Mauritania y Senegal con destino a Galicia, continuando por el sector ganadero, que es una verdadera ruina, y siguiendo por la anulación de las medianías y por el cerco a los cultivos de exportación (plátanos con acuerdos con Sudamérica y Centroamérica y tomates con Marruecos), quedando, pues, reducido a la mínima expresión y del segundo pastel dejándonos solo las sobras en forma de trabajo para camareros.

En el discurso de incorporación de Hugo Chávez al Mercosur básicamente señaló a Venezuela como comprador neto e invitó a los empresarios privados de los otros países a hacer negocios en Venezuela, citando las tres millones de viviendas por construir, el ferrocarril, la agricultura, etc. Para hacer más fácil la decisión, había comprado antes seis aviones y encargado catorce a Brasil, negociando además la reducción de la deuda de ANCAP con PDVSA de 800 millones de dólares y firmando un acuerdo entre YPF-PDVSA.

Ahora vienen elecciones en Venezuela. Capriles Radonski está como una moto y el pueblo decidirá, aunque por la experiencia actual de Canarias el problema no solo puede consistir en entrar, sino en saber después cómo salir.

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