APRECIO, admiro y comprendo los, para él, malísimos ratos que está pasando en estos días mi querido amigo y paisano Casimiro Curbelo, presidente del Cabildo Insular de La Gomera, cuando está viendo y sufriendo, sin poderlo evitar, que las llamas destruyen, cada día y cada hora, ese tesoro natural que es el Parque Nacional de Garajonay de la Isla Colombina, que tanto ha costado conservar en todo su valor histórico, de carácter universal, que atrae y es fuente viva de investigación para tantos científicos y estudiosos de la producción vegetal en el mundo entero.

Curbelo, en el colmo de la desesperación, por no existir o agotársele los medios de apagar las funestas llamas y ver cómo se pierden muy valiosos ejemplares de laurisilva, pide, con la urgencia del caso, que los gobiernos nacional, autonómico o el que sea, si es posible pedir auxilio al exterior, envíen a La Gomera más medios aéreos, porque con los actuales teme que el incendio no se controlará jamás.

Eso ha pedido públicamente el presidente del Cabildo gomero ante una situación de auténtica angustia. Son necesarios, además de esos medios aéreos, que forman parte de los olvidos imperdonables de los responsables de las administraciones públicas, las cuales ignoran los valores que tienen que guardar y conservar a toda costa.

Si otros países, con gente inteligente, sensata y preparada, poseyeran lo que posee La Gomera, pondrían en práctica lo que significa la conservación de valores como los naturales que posee esta isla nuestra, privilegiada por la Naturaleza, y cuidarían bien de prevenir pérdidas con la disposición de medios para evitarlo, en este caso, los medios aéreos, que son los realmente eficaces. En Canarias no los tenemos y estamos expuestos a perderlo todo, como piensa y clama el presidente del Cabildo. ¿Aprenderemos de este error? Lo dudo y lo siento, por lo que vamos a perder, que es mucho y bueno.