1.- Cuando me disponía a comenzar este artículo me agaché para quitarle a "Mini", mi perra Yorkshire, un corcho que había robado de la cocina. Y sufrí un mareo que me hizo perder el conocimiento unos segundos. No me ha ocurrido casi nunca, así que debe de ser parte de la emoción de ingresar en el gremio de los jubiletas. A continuación se me produjo una sorimba momentánea, con dolor en los hombros, que atribuyo al cansancio y a las largas horas de ordenador. Y vuelvo a tener delante el incendio de La Gomera. Y quiero decir algo. Una televisión autonómica, que sirva a todos los canarios, debe hacer como la Canaria, radio y tele, en estos días: informar con imparcialidad, puntualidad, e incluso con riesgo, de lo que está pasando en Canarias. Lejos de sectarismos, de consignas, de mensajes políticos parciales y de sumisión a los que mandan. La radiotelevisión pública canaria encontrará su rumbo actuando como lo ha hecho en estas jornadas difíciles. Sin hacer caso al twitter de Rivero, sino dando información. Y sería fantástico que se apoyara en las locales solventes para recabar producciones que ayudaron al sostenimiento de éstas y a la mejora de la programación de la pública. Digo yo.

2.- Porque en la tele y en la radio pública hay excelentes profesionales que lo están pasando mal por los recortes. Y aún así han dado el callo en estos días. Horas y horas, algunos con riesgo vital, ofreciendo información de lo que pasaba en Canarias. Echo de menos los buenos tiempos de Radio El Día, que fue grande en momentos tristes para nuestro pueblo, como fueron la riada y el Delta. Y, antes, cuando los más graves incendios forestales, añoro la actuación de una emisora que yo creé y que marcó toda una época. Catorce años la mantuve: Radio Burgado. Una experiencia inolvidable. JaimeCortezo tiene la propiedad de ese nombre, pero no ha querido utilizarlo, por malos consejos de otro. Una pena. Y qué decir de los magníficos tiempos de la Radio Club de PacoPadrón, donde yo aprendí tantas cosas de esta profesión.

3.- Ya se me han ido casi todos los síntomas del mareo. Mañana es el gran día para mí; cumplo 65 años. Ya les conté que, una vez, siendo un pibe, titulé de forma inadecuada el asalto que le hicieron a un hombre de cincuenta y pico. Yo era tan joven que titulé algo así (no recuerdo con exactitud) como "Un anciano de 58 años, atracado cuando salía de un banco". El hombre me telefoneó. "¿Usted cree que un hombre de 58 años es un anciano?". Coño, y yo mañana cumplo 65. Si veo a algún redactor lampiño celebrar que este anciano pasa a mejor vida laboral, lo liquido.

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