Cuando éramos infantes nos enseñaron que los enemigos del hombre eran tres: mundo, demonio y carne. ¡Ahí es nada! Pues bien, como setas con las primeras lluvias de otoño, han aparecido nuevos enemigos de los trabajadores, que son los políticos y los sindicatos, y no es que lo diga yo, lo corrobora la conducta de los políticos y de los sindicatos. Y a los hechos me remito: hemos visto a unos políticos organizando un robo múltiple y azuzando como perros lobo a unos sindicalistas para que robasen quince o veinte carros cargados del género que Mercadona tenía en sus anaqueles para el consumo de los clientes honestos.

Pero no se han contentado estos políticos y sindicalistas con ser ladrones, no; se han permitido agredir, golpear y abofetear a una cajera que estaba ganándose el pan de cada día, trabajando honradamente, hasta que unos sindicalistas la sacaron a empellones... Estos son los sindicatos, que golpean a una indefensa trabajadora, y esto ¿no es violencia de género? A lo mejor sí.

A propósito de estos sucesos, me gustaría conocer la opinión de Fernández Toxo y Cándido Méndez. Están callados como muertos; si callan es que aprueban la agresión y los golpes a una trabajadora honrada. Deben condenar los hechos sin paliativos.

Sr. Rajoy, no más subvenciones a partidos políticos ni a sindicatos, que ambos vivan de las cuotas de sus afiliados, y si no que vayan, como vamos los demás, a las colas del INEM.

Sr. Rajoy, yo no sé si usted está enterado, pero el pueblo no está con las autonomías ni con sus políticos. Haga usted lo que sea preciso, reforme la Constitución, quémela, haga otra nueva, pero suprima las autonomías; suprima usted los parlamentos autonómicos, suprima los gobiernos autonómicos, suprima tanto presidente, tanto legislativo, que solo sirven para sembrar confusión.

Un empresario que monta una empresa en La Rioja -pongo por caso- no puede montarla en Vitoria, porque las legislaciones son diferentes. ¿Consecuencia?: que se aburre y se va a otra parte, o espera tiempos mejores, que, hoy por hoy, no llegan.

Termino con un ejemplo: en Tenerife tenemos un consejero/a del Gobierno autonómico, otro consejero/a del Cabildo y un concejal/a del ayuntamiento, y, sin embargo, las obras de rehabilitación del ambulatorio de Tomé Cano llevan paradas más de seis años, una vergüenza.

Sr. Rajoy, con las diputaciones en las provincias y los cabildos en las islas basta y sobra.

California, que es más grande que toda España, con un gobernador basta para cortar la cabeza a quien se mete en la propiedad ajena y roba lo que no es suyo.

Avecilla

Clavijo, más de lo mismo

El nuevo secretario general de Coalición Canaria en Tenerife, Fernando Clavijo, viene siendo más de lo mismo: es de la misma escuela que el del helicóptero y la de los 1.800 euros del piso de Madrid, es decir, el mismo perro con distinto collar, pues hasta la fecha por la boca de Clavijo no se ha oído decir la palabra "independencia". Aparte de ser un político miedoso y timorato, le falta valentía (solamente se ríe para quedar bien); por lo tanto, estamos como al principio. Los ciudadanos tienen que quitarse la venda de los ojos con Coalición Canaria, que solamente engaña al pueblo diciendo que son nacionalistas. Mientras el pueblo pasa hambre, los de Coalición viven bien, y al señor Clavijo que no intente engañar, pues se le ve el plumero.

Un ciudadano