1.- He vivido muy de cerca el fuego y he escuchado, detrás de mi coche, un "Sunbeam", huyendo de él a toda velocidad, el crepitar de las llamas que nos daban alcance. Fue en San José de Los Llanos, cuando el fuego grande. Cuando hizo aquella sensacional fotografía (le valió una mención en el World Press Photo) de la mujer llorando, abrazando lo único que pudo salvar de su casa: una gallina; y, en la otra mano, su sombrero de paja con algo dentro: los huevos que pudo sacar de su corral. Iba conmigo una joven reportera del "Diario de Avisos", Ana de Juan, hoy casada en Argentina con Rafael Wollmann, el periodista gráfico que hizo las fotos de la guarnición inglesa rindiéndose, en Las Malvinas, a las tropas de Galtieri. Qué tiempos, Rafa, amigo, qué tiempos. Estas fotos te las quitan de las manos en cualquier lugar del mundo. Hace poco me envió otras de unos leones, con sus cachorros, abrevando en un charco de África. Magníficas. Digo que he vivido muy de cerca el fuego y su cercanía impresiona. Porque en un segundo rola el viento y estás muerto.

2.- Y qué bien ha contado lo que está pasando en esos montes Beatriz Rodríguez, reportera de la Televisión Canaria. Siempre digo que esta periodista tiene mucho que enseñar a las nuevas generaciones. Sabe lo que hay que decir y cuándo hay que decirlo. Tiene un estupendo oficio y es un ejemplo para todos los reporteros que cubren noticias en la calle. Enhorabuena y a ver si alguien es capaz de premiar esta labor de años. Un confidencial ha destacado su trabajo y yo comparto esa crónica que la pondera. Allá arriba se quema la isla y casi nadie sabe de los esfuerzos que cientos de personas están haciendo, noche y día, para que el siniestro no llegue a mayores. A la hora en que escribo aún no está apagado. Yo he visto muchas cosas en los incendios de los montes de estas islas.

3.- Son días tristes. Un monte quemado es también mucha riqueza hecha humo. La riqueza de nuestra flora y de nuestra fauna, que había terminado el periodo de cría y comenzaba a vivir de nuevo. Qué pena. Cuando aquello de San José de Los Llanos debo mi vida a una joven, creo que de Icod, que nos mostró la salida por un camino de cabras. Dañé tres neumáticos del coche, pero pude llegar a la carretera general y huir. Iba con nosotros una unidad móvil de Radio Club, me parece que con Manolo Sainz Mesa dentro, al volante. Y la joven -¿MaríaNieves?- que nos guió a la carretera. Me gustaría saber de ella. Aquí tiene mi e-mail.

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