Publicaba ayer el periódico digital "El Diario de Tenerife.com" una noticia con un título que lo dice todo en sí mismo: "Una juez impide a Ángela Mena hacerse rica a costa de EL DÍA". Ya en el texto de la información se explica que "la mujer de la peineta" quería 65.000 euros de indemnización por supuesta intromisión en su honor de informaciones publicadas en este periódico, pero la magistrada solo le ha concedido 20.000 en una sentencia que no es firme. Para las otras dos demandantes contra EL DÍA en esta causa, Caridad Rivero Baute y Candelaria Pérez Machado, la juez del caso fija una indemnización de 40.000 euros para cada una de los 130.000 que pedían individualmente.

En la información también se destaca que "la jueza hace notar a Mena la desproporción de la cuantía solicitada en su demanda, sobre todo considerando que en el juicio ella misma había reconocido que pedía tanto dinero para detener los comentarios de EL DÍA contra su persona". "Una distorsión de la finalidad", añade la sentencia. En cualquier caso, y como es de esperar, recurriremos esta sentencia en tiempo y forma.

La información de "El Diario de Tenerife.com" contrasta con la publicada por otro periódico digital confeccionado en Las Palmas por un pájaro tatarita -puesto al descubierto por EL DÍA- en la que, sacando los hechos de contexto, se presenta la mencionada sentencia judicial como un triunfo sin parangón de la señora Mena, concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz -cargo en virtud del cual está imputada por un delito continuado de prevaricación- y esposa del presidente del Gobierno de Canarias. Las críticas que tanto ella como Paulino Rivero, así como otros políticos de CC, han recibido en las páginas de EL DÍA las hemos hecho en función del cargo que ocupan y nunca referidas a sus facetas personales. Sin embargo, el ruin periodista de Las Palmas -cuyo nombre no mencionamos- se empeña en tergiversar la realidad. Nada dice este pájaro de las numerosas denuncias interpuestas contra él por intromisión en el honor de personas decentes, ni de las veces en que ha sido condenado por calumnias, de las serias advertencias judiciales que ha recibido su conviviente. Lo único destacable, como decimos exagerando y trastocando los hechos, son las sentencias relativas a EL DÍA y a su editor. Es evidente que este pájaro tatarita de Las Palmas sigue con su odio hacia Tenerife y hacia José Rodríguez diciendo mentiras a porrillo.

Se da la circunstancia, varias veces denunciada en nuestros comentarios y editoriales, que este deleznable informador ha cambiado de opinión respecto a la Televisión Autonómica y a la Radio "Nacional" de Canarias. Antes las atacaba a ambas. Bastó con que le dieran la emisora que Paulino Rivero le quitó a EL DÍA por no seguirle el juego para que este tatarita, sacado del armario por José Rodríguez, comenzase a alabar a ambos medios.

Lo cierto es que tanto la Televisión como la Radio autonómicas son medios de comunicación inútiles para paliar los graves problemas que padece Canarias, como el hambre del pueblo, la emigración y hasta las muertes en las listas de espera. Invocamos a la Fiscalía para que intervenga de oficio contra el presidente del Gobierno y sus consejeros si siguen con el despilfarro de la Televisión Canaria mientras hay tantas y tantas necesidades que atender. No se puede consentir indolentemente el gasto que implican ambos medios, máxime cuando ese dinero podría aplicarse a paliar el hambre y a aliviar las listas de espera sanitaria, abriendo los quirófanos por las tardes en vez de cerrarlos. Por si fuera poco, tanto la Televisión canaria como la Radio autonómica están dominadas por el tirano político para que le canten sus excelencias. ¿Qué excelencias? Ninguna, porque Canarias sigue teniendo más de 360.000 parados, porque la juventud tiene que emigrar, porque la gente pasa hambre y porque, como decimos, muchos enfermos se mueren en las listas de espera sin llegar a ser atendidos. Cuando Canarias sea una nación independiente tendrá su propia televisión, y su radio, y su policía y, si se considerase necesario, sus fuerzas armadas. Mientras tanto, todo eso sobra. Lo primero es salir del estado de miseria en que nos ha sumido un déspota político al que no le hacen sombra los peores gobernadores del franquismo.