NO SÉ si ya han comenzado en la histórica Torre del Conde de San Sebastián de La Gomera los trabajos tendentes a convertir el conjunto en un centro cultural, según una moción presentada por el Ayuntamiento de la Villa, anuncio que dio a conocer este periódico con fecha 3 del pasado mes de junio. Los concejales de dicha corporación piden la puesta en marcha de un plan de reorganización y dinamización del parque de la Torre, que se conserva claramente definido, plan que en su día fue rechazado por el pleno sin que, en la presente ocasión, se expliquen las causas, aunque se sabe que el proyecto proponía acciones como la ampliación y mejora de la zona de juego, al parecer, susceptible de reformas en el proyecto definitivo.

En representación de su grupo, dio curso a la moción la concejal Marisa Pérez, quien añadió que su grupo pretende fomentar la relación intervecinal para convertir el futuro centro en un espacio cultural de reunión que estará abierto a todos los ciudadanos y, por tanto, se fomente la relación entre la gente del pueblo sin excluir a los visitantes forasteros, a los que no se privará de la visita y recorrido interior de uno de los monumentos más importantes, por su conservación y el papel fundamental que ha desempeñado en la historia de La Gomera, de Canarias y de España, debido a la íntima relación de los condes de La Gomera con la monarquía española de aquellos tiempos.

Aunque, afortunadamente, en esta ocasión, nunca es tarde, hay que lamentar el olvido y la absoluta falta de interés de las autoridades del país, incluidos los monarcas, en la conservación y, en cierto modo, la revitalización de un monumento único en Canarias y, posiblemente, en toda España y que cualquier país conservaría y enaltecería como un tesoro histórico.

Ni siquiera en las escuelas y centros superiores de enseñanza se trata y estudia la historia de La Gomera, con el gran interés que tiene por su relación con la Monarquía española. El conde Hernán Peraza de Ayala fue asesinado en la isla, y a la que dicen que fue bellísima doña Inés Peraza le achacan amoríos y acciones, supuestamente, impropias de tan alta aristócrata. O sea, que también en la docencia se han despreocupado los responsables españoles.