1.- Después de ver, el Día de Canarias, los coches oficiales de alta gama alineados en el Auditorio de Tenerife (algunos entraron por los garajes, para disimular) y como me siento, supongo que como ustedes, un poco dueño de esos vehículos, que han sido pagados con mis impuestos, propongo lo siguiente: que se subasten todos, incluido el del presidente del Gobierno de Canarias. Todos. Los funcionarios y políticos con rango suficiente para disponer de esos coches a su albedrío que cojan el suyo para ir al trabajo y lo aparquen en los garajes de los edificios múltiples. Ya, con eso, estarían en mejores condiciones que los ciudadanos que van a hacer gestiones a esos edificios, que no tienen dónde aparcar y han de estacionar sus coches en solares empedrados y polvorientos, vigilados -es un decir- por el descamisado con gorra que te cobra un euro por nada y, si no se lo das, te raya el coche. Como en Zambia. Al presidente del Gobierno le pondría a su disposición una berlina modesta, de 15.000 euros, de una marca estándar, y le retiraría el BMW de alta gama o los Audi 6 u 8 que habitualmente usa. Al presidente del Parlamento le retiraría el Lexus lujurioso. Y a los consejeros, sus Audi. A todos. Y les pondría a su disposición otro coche similar a la modesta berlina del presidente, pero a partir del garaje de su despacho, nada de irlos a recoger y a llevar a sus casas. Nadie más con chofer, ni los viceconsejeros, ni los directores generales; todos a pie, en taxi y en tranvía, como los ciudadanos normales. Para que sepan cómo se vive en las islas cuando uno está fuera de las torres de marfil. La medida la haría extensiva a todas las corporaciones.

2.- Tienen que empezar a ser normales. En Suecia, los ministros van a trabajar en bicicleta. Aquí no hay terroristas, ni es preciso disponer de medidas de seguridad para salvaguardar la vida de las autoridades. Todos los escoltas, a los coches patrulla, a proteger a los ciudadanos. En Madeira el presidente va sin escolta. ¿Por qué en Canarias tiene que llevarla? Y cuando haya un acto oficial, el presidente y los consejeros van en sus modestas berlinas y ya está. No se debe aparentar más de lo que uno tiene. Y, ¿saben?, ya no tenemos nada. Somos pobres de solemnidad.

3.- Yo estoy seguro de que esto va a caer en saco roto; me han contado los compañeros de Inter Radio que Ángela Mena va a un programa en el que participa en coche oficial. Y sólo es concejal. Joder, si fuera presidenta (no consorte) del Gobierno de Canarias, probablemente viajaría en Rolls-Royce. Claro, pasa porque las alfombras gruesas las pisaron ya de mayores y no tenían aprendida la lección de la humildad, de la austeridad y del sentido del ahorro de lo público. No se puede ser tan mindundi, señoras y señores. Yo lanzo la propuesta, ahora ustedes verán.

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