CANARIAS celebró ayer su día. ¿Celebrar el qué? ¿Celebrar que vivimos en el caos? Caos que comienza por la situación de Tenerife, víctima no ya solo de la hegemonía de Las Palmas y de la tiranía de España, sino también del despotismo político de Paulino Rivero y de su esposa. Y no solo Tenerife; ahí tenemos el conflicto que se ha producido en El Hierro por las frecuencias del transporte marítimo. Tanto Armas como Fred Olsen, las dos navieras que operan en Canarias, son compañías de prestigio. Sin embargo, mal puede funcionar incluso la mejor empresa del mundo en medio de un desbarajuste político, económico y social como el que vive Canarias con el Gobierno de Paulino Rivero; un político necio e incapaz de resolver los acuciantes problemas que arrojan a miles de nuestros compatriotas a las colas del hambre. Por eso tenemos que darle la razón a Naviera Armas. Tenemos que darles la razón a los empresarios en general. A los empresarios, tanto en el ámbito naviero como en cualquier otro, hay que ayudarlos en vez de complicarles la existencia. Sabemos que las compañías navieras están realizando grandes sacrificios para mantener un tráfico interinsular de pasajeros y mercancías lo más eficiente posible, pero tampoco podemos olvidar que los habitantes de las mal llamadas islas menores o periféricas deben recibir el mismo trato en cuanto a comunicaciones que las capitalinas.

El problema, no solo en lo referente al transporte marítimo sino en todo, está en que no tenemos autoridades capaces de coordinar al conjunto de las siete islas. Carecemos de un Gobierno inteligente, pues tanto Paulino Rivero como quienes forman su pandilla política solo están pendientes de ellos mismos y de los fastos con los que deslumbrar al pueblo para que la gente no se subleve y los eche a patadas a todos. Fastos como los celebrados ayer con motivo del Día de Canarias. Qué desvergüenza nos produjo ver presidiendo los fastos al enemigo público número uno de Canarias. Y muy cerca de él, la también enemiga pública Ángela Mena. ¿Qué le deben estas Islas a esta pareja?

Nos atacan por informar y opinar. Sin embargo, como decíamos ayer al final de nuestro comentario, por mucho que les pese a los políticos que gobiernan Canarias -con su presidente al frente-, vamos a seguir informando al pueblo canario de todos aquellos asuntos que nos afectan; ese es nuestro propósito. Y lo seguirá siendo, añadimos hoy. Vamos a seguir luchando, siempre pacíficamente, para que Paulino Rivero quede definitivamente apartado de la política y para que esta tierra y sus habitantes recuperen la libertad que tenían antes de que se produjese la criminal y genocida conquista de los españoles. Sabemos que la independencia cada vez está más próxima. No nos sorprendería que de un momento a otro cualquier político español, cualquier alma inteligente española, comprenda las razones que venimos exponiendo en nuestros comentarios y editoriales y dé el primer paso para crear una comisión que estudie el traspaso de poderes entre la metrópoli y una nación canaria con su Estado. Nación, aunque sin Estado, lo hemos sido siempre.

Esa iniciativa sería lo mejor para España si quiere mantener unas buenas relaciones con Canarias en el futuro. De lo contrario, esas relaciones tendría que establecerlas, en un clima político y diplomático más formal pero también más frío y distante, con Canary Islands, porque abandonaríamos el español y adoptaríamos el inglés, que es el idioma de un pueblo muy culto y muy civilizado frente al que nada puede hacer una nación decadente, ruin y rapiñadora como lo es España. Lo repetimos una vez más: queremos conservar la lengua española y la cultura europea, pero si los políticos españoles, incluso los que aun siendo canarios se consideran españoles y obran a favor de los amos coloniales, persisten en mantenernos sojuzgados, repudiaremos cualquier vestigio de España en estas Islas como hicieron los filipinos cuando fueron liberados del yugo español. Hoy los filipinos no hablan español sino el inglés.

Falta muy poco para conseguir la independencia. Podemos decir que está al alcance de la mano. Necesitamos que Coalición Canaria aproveche su ya inminente congreso nacional para que expulse a Paulino Rivero y se encamine sin complejos hacia la soberanía; es decir, hacia la independencia, que es un término que ya no asusta como lo hacía antes porque cada vez son más los canarios convencidos de que pronto serán ciudadanos libres y, en calidad de tales, ostentarán su propia identidad y vivirán con dignidad. Lo repetimos una vez más: Canarias no es España ni es de España.