A JUSTO Fernández lo veías habitualmente por ahí con su aspecto jovial y su vozarrón de largo recorrido retumbando por las calles céntricas de Santa Cruz. Tres manzanas más allá, lo oías dar los buenos días. Por supuesto que no era Dios -debe de ser aburrido no tener nada que descubrir- y se equivocaba en ocasiones -a ver quién evita eso-, pero en este caso con tanta fuerza que a veces hasta parecía querer doblar los hierros que componen la estructura del circo.

En septiembre de 1966, y conste que en ese periodo histórico había que tenerlos muy bien puestos, se presentó en solitario a las elecciones sindicales, al margen tanto de las candidaturas empresariales como del oficialismo vertical o de las organizaciones opositoras al régimen franquista. Dirigió una carta a todos los trabajadores prometiendo luchar contra los abusos de los jefes y de la dirección de los bancos. Contra todo pronóstico, tuvo el mayor respaldo representativo en todo el Estado. Desde entonces inició una labor en pro de la organización de los trabajadores del sector financiero, incorporándolos a la lucha obrera contra la dictadura y sus estructuras políticas y sindicales, lo que le acarreó varios expedientes, seis detenciones, dos procesamientos y la desposesión de los cargos sindicales.

En 1972, tras conocer al socialista Pablo Castellano, se afilió al PSOE y a la UGT. Ese mismo año, fue elegido secretario general de la Federación de Banca, Bolsa, Crédito y Ahorro de la Unión General de Trabajadores. Asistió al famoso Congreso de Suresnes (1974) como portavoz de la delegación madrileña, donde, al igual que los demás representantes de la Agrupación Socialista Madrileña, votó contra la candidatura de Felipe González a primer secretario del partido. Reelegido en su puesto de secretario de la Federación de Banca durante cinco periodos, en 1989, voluntariamente, convocó un congreso extraordinario para retirarse de la actividad sindical y regresar a Tenerife.

Con la inquebrantable valentía para decir sin anestesia lo que pensaba y la inteligencia para razonarlo con soltura, se convirtió en figura -probablemente algo bruta para los pijos- de los medios y en comentarista político, por ejemplo en Antena 3 Radio, o en Antena 3 Televisión, en sendos programas del periodista Antonio Herrero. Más tarde, en la COPE, sería tertuliano del programa "La Mañana", también dirigido por Herrero. Después, en la COPE, realizó el programa "Fuego cruzado". Asimismo, fue columnista de opinión en distintos diarios madrileños y canarios. Realizó el espacio "Denuncia pública", en Canal 8; anteriormente, había colaborado en un programa de debate en la cadena Canal 7. En sus últimas arremetidas dirigió el programa "Las Pirañas", en Radio San Borondón.

Se puede decir que el palmero Justo coronó su cumbre, como lo hizo en el Everest Juan José Polo, médico y montañero residente en Tenerife. Probablemente el primer paisano que se coloca ahí arriba con el pelete que hace. Falleció cuando descendía por la vertiente china del coloso tras coronar la cima más alta de los catorce ocho miles que hay en el mundo, informó la agencia nepalí responsable de la expedición. De acuerdo con los expertos, muchas personas prefieren el ascenso y descenso del Everest por la vertiente tibetana, porque la expedición es más barata pese a que, entre otras ventajas, en la nepalí es más fácil la aclimatación a la altura. "La causa más probable de su muerte fue el agotamiento", precisó un responsable de la compañía Himalayan Guides, Hari Parjauli, quien añadió que Polo, de 43 años, falleció a 8.000 metros tras descolgarse de dos canadienses y un mongol, con los que ascendió a la cima. "Iba en ese grupo de cuatro, cada uno con su sherpa, y se fue quedando atrás", yo supongo que los demás iban al límite y no pudieron hacer nada.

El fin de semana del 19 y el 20 fue uno de los más horrorosos en los últimos tiempos en el Everest. A pesar de que teóricamente el mejor momento para coronar es en primavera, este año las intentonas se retrasaron por las condiciones climáticas adversas. El chicharrero es el quinto montañero del que se tiene conocimiento que murió el sábado, después de que las autoridades identificaran a otros cuatro escaladores fallecidos: un alemán, un nepalí, un coreano y un chino, en el nefasto fin de semana de la zona.

La vida nos desafía continuamente. Tarde o temprano habrá otro ocho mil; mejor que, como ellos, lo coronemos antes.

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