HOY, nuestra Comunidad celebra el Día de Canarias con el boato que las circunstancias permiten y, asimismo, sorteando una serie de vaivenes políticos que, en este último año, nos han conducido a situaciones incomprensibles achacables a los personalismos que protagonizan la vida política de estas Islas que, desde luego, no pueden permitirse. Se habla por todos lados de "codo con codo", pero ni siquiera se produce una tímida aproximación. Ni aquí ni en la Península, aunque el encuentro entre los presidentes Rajoy y Rivero "se haya desarrollado en un clima de cordialidad", que es lo que se manifiesta siempre cuando una reunión se celebra en un ambiente tensionado para concluir en un resultado superconocido: la creación de una... ¡comisión! Lo único cierto es que el presidente canario se trajo de Madrid solo la promesa de esa reunión antes del verano con la vicepresidenta del Gobierno central. Paulino Rivero ya tiene la experiencia de haber sido engañado por el anterior jefe del Ejecutivo, por lo que se espera que a esa cita lleve las cartas del envite con las que siempre gana.

En 1983 se constituyó el primer Parlamento democrático del Archipiélago y en abril de 1984 se crearon los Premios Canarias. En la presente edición han recaído en Luis Alemany Colomé, en la modalidad de Literatura; el Real Club Náutico de Tenerife, en Deportes, y en Los Alzados, en Cultura Popular. En el acto institucional que transcurrirá esta noche en el Auditorio de Tenerife Adán Martín también se entregarán las Medallas de Oro de la Comunidad, que en esta ocasión han sido concedidas a César Fernández-Trujillo, a título póstumo; Federación Canaria de Islas, Teresa Noreña, Francisco Hernández, bancos de alimentos, Plataforma Piñera, Funcasor, La Lajita Oasis Park y Fundación El Patio. Tomarán parte la Big Band de Canarias, una formación de corte innovador con obras del patrimonio musical de las Islas, y el coro del Conservatorio Superior de Música, que interpretará el himno de Canarias, cerrándose así un sobresaliente resumen de una serie de actividades que el Gobierno de Canarias ha programado, a pesar del recorte presupuestario impuesto por la dichosa crisis. El lema elegido este año es: "Un mar de razones". Pero se percibe que en cultura dejaron al margen las equivocaciones que han sobrevolado ese mar... aún sin dueño. Principalmente, los errores cometidos con la isla de El Hierro durante la inestabilidad sísmica, y ahora, con las pésimas conexiones marítimas y aéreas que, según el Gobierno canario, se producen por la caída de la demanda. Aquí tenemos el mar de razones-equivocaciones que incomunican, aún más, a la séptima isla. El Gobierno, para este grave problema, no dispone de recursos. Para otras situaciones conocidas, sí.

Los que somos de aquí no debemos olvidar que hace únicamente veintinueve años comenzamos a caminar con nuestros problemas y a buscar soluciones desde esta tierra. Pero nada ha sido fácil y tampoco todo se ha conseguido. Quedan todavía en la capital de las Españas responsables políticos ignorantes de nuestras especiales características que significan formar parte de un territorio fragmentado. Pero, igualmente, los distintos gobiernos canarios que se han sucedido desde la Transición, incluyendo a la Junta de Canarias, que dejó bien claro que el pleito insular continuaba entre nosotros vigorosamente, han tenido importantes responsabilidades sobre la creación de una escalera de fracasos que parece no tener fin. Ni siquiera allá por 1978 se descubrió una senda común donde afianzar las bases del Estatuto de Canarias... sin controversias estúpidas. Palabras y discusiones, más discusiones que palabras, desembocaron en un débil proyecto sobre las sedes de las instituciones y el intocable y absurdo sistema electoral para la formación del Parlamento regional, que, vergonzosamente, sigue representado por los tres grupos políticos que han obstruido esa reforma que permitiría la presencia en la Cámara de nuevos alientos y experiencias.

Así, entre ilustres ineptos de aquí y de allá, Canarias sigue dividida no en dos, sino en siete diferencias. Tenerife y Gran Canaria forman un mundo aparte..., alejadas también entre sí, mientras las islas menores continúan con el engendro de la doble insularidad. Pero todas unidas en la actualidad por el descenso generalizado del turismo y el aumento del paro, una evidencia que, sin embargo, niega empecinadamente el presidente Rivero aduciendo una inexistente reactivación económica. Pero esta incómoda realidad no la escuchará esta noche el público selecto que se encuentre en el Auditorio de Tenerife Adán Martín.