Si estoy en lo cierto, el Gobierno de Canarias lleva muchos años asumiendo competencias del Estado español en aguas exteriores en materia de pesca (acotando zonas para la pesca submarina en aguas exteriores e imponiendo reglas en cantidad de capturas para la pesca a caña, etc.).

La Constitución, en su artículo 148, dice que las Comunidades Autónomas podrán asumir competencias en las siguientes materias:

11.- La pesca en aguas interiores.

Buscando qué son aguas interiores, he encontrado el Real Decreto 2510/1977, el cual explica que la distancia entre líneas de bajamar de dos puntos naturales de entrada o abra de una bahía no excede de veinticuatro millas; la línea recta que las une será considerada como línea base, siendo aguas interiores las comprendidas entre dicha línea y la costa.

Un ejemplo en Tenerife es la punta de Antequera hasta la punta del Socorro (sur). Todo entre esas dos puntas son aguas interiores, y de ahí hasta la punta de Buenavista, o sea, todo el sur pasando por Los Gigantes son aguas exteriores. La Gomera son todas aguas exteriores en su totalidad.

¿Cómo es posible que el Gobierno de Canarias haga leyes saltándose la Constitución?

¿Qué pasa con todas esas multas que han puesto el Gobierno autónomo y Guardia Civil? ¿Se devolverá el dinero si son ilegales?

La ley suprema es la Constitución; toda ley de inferior rango no la puede contradecir.

Alfredo J. Gutiérrez

La noche del esperpento

A veces, ante el comportamiento de los políticos, te preguntas si estos señores son humanos o tienen una lógica extraterrestre. Ante unas elecciones, todos ganan, los resultados que nos dan las urnas nunca coinciden con los suyos, al final todos ganadores; qué sensación de niños de colegio. Auténtico esperpento.

Pero es que luego viene la segunda parte: la manipulación y el mercadeo con los votos de los ciudadanos. Y yo me pregunto: ¿para qué votamos si los políticos van a hacer con nuestros votos lo que más les interese a ellos? Creo que me lo voy a pensar. Lo más lamentable del caso es que no están por la labor de hacer una ley electoral que evite todas estas anormalidades, no, todos se empecinan en seguir igual para poder mangonear los resultados de las urnas. Qué poca seriedad y respeto por los votos de los ciudadanos. Qué desilusión de democracia. Pero no, de democracia no, sino de políticos que la prostituyen y se aprovechan de ella para sacar la mayor tajada posible. Cuando les interesa, se les llena la boca de democracia, pero nada más que la boca; sus hechos, que son los que interesan, demuestran lo contrario.

Yo le llamo a la noche que sigue al día de las elecciones la noche del esperpento. Todos falsean la realidad, como si los ciudadanos fuéramos pobres analfabetos, aunque aún existen muchos analfabetos políticos, que no nos enteramos de nada ni sabemos leer la realidad de los hechos.

Da la sensación de que lo que priva hoy es la mentira, el engaño, las medias verdades, la no aceptación de la realidad y el triunfo de lo amoral y de lo fácil. Los ciudadanos queremos que los políticos respeten nuestros derechos, que gobierne el que el pueblo ha votado como mayoría, y en caso de no llegar a esta, ir a una segunda vuelta. Con la vigente legislación se dan casos esperpénticos, como el caso de Asturias, donde el único parlamentario conseguido por UPyD decidirá quién gobierna. Esto es un desprecio total a la mayoría de los votantes y una degeneración de la democracia.

Juan Rosales Jurado