1.- Coño, qué sorpresa. Resulta que José Miguel Pérez se dedica a recomendar a correligionarios para que le concedan emisoras de radio. Pero luego, cuando ve la cosa mal, se manda a mudar del Consejo de Gobierno porque no le gusta el método. Hay muchos tipos de corrupción; también existe la corrupción blanca. José Miguel Pérez es ese señor que por la mañana se parece a Juanito Cruz y por la tarde a Manolo Vieira; en lo físico. Nunca se parece a él mismo. Es como lo de Groucho, aproximadamente: "Su pelo me recuerda a usted, su cara me recuerda a usted, su nariz me recuerda a usted, sus ojos me recuerdan a usted, todo me recuerda a usted, menos usted". Resulta que, siendo presidente del Cabildo de allá, el señor Pérez aporta una carta al expediente de las radios de FM, las del concurso chimbo, en la que recomienda con vehemencia que le concedan -como así ocurrió- una emisora al exseminarista Carlos Sosa -bueno, a su "Canarias Ahora"- "porque ha favorecido la formación de una opinión equilibrada en las islas". Supongo que el elemento híbrido entre Cruz y Vieira habrá sentido un escozor en salva sea la parte cuando escribió aquello. ¿Carlos Sosa paradigma de opinión equilibrada? Entonces yo realmente soy Sancho Panza. A pesar de que he bajado quince kilos y estoy como una sílfide.

2.- José Miguel Pérez, que se deja el flequillo como un patricio romano, deberá medir mejor sus cartas de recomendación futuras. Para no quedar como el culo. Don José María Hernández-Rubio, a la sazón catedrático de Derecho Político, cuando presidía la mesa de cualquier tribunal, ponía en montones separados las cartas de recomendación. Y gritaba a la concurrencia: "Estas son las del señor gobernador; éstas, las del señor presidente del Cabildo; y éstas las del señor obispo". Este último apartado formaba una gran montaña, pues don Domingo Pérez Cáceres, a quien Dios tenga en su gloria, recomendaba a todo el que se lo pedía.

3.- Vamos a ver qué dice ahora el pontífice -más bien el papa Clemente, porque no llegó a diácono- de la opinión equilibrada en Canarias. Como tiene tanta jeta arremeterá contra quienes le han descubierto y dejado con la retambufa al fresco (por otra parte, me da que tener la retambufa al fresco a él más bien le causa alivio). Este concurso no sólo es nulo de pleno derecho, sino que se halla viciado de lesa recomendación. Yo, hasta veo próxima la desintegración del modelo autonómico de Canarias. Es lo malo de nutrir los expedientes para favorecer a amiguetes: ¿Cómo casa la recomendación de don Pérez con su tocata y fuga del Consejo de Gobierno? Son las cosas del corazón.

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