1.- La verdad, para ser eso que le dicen "la primera familia española" no está nada mal. El yerno, presunto chorizo, refugiado en Washington y huyendo de los periodistas. El pater familias, cazando animales inocentes en Botswana, sin que el Gobierno lo sepa. Y sabe Dios con quién. Bueno, lo sabe Dios y lo sé yo y media España. Se parte el buen hombre una cadera, lo traen a Madrid a operarlo y la reina, porque se trata de la familia real, que no lo había dicho, no interrumpe un viaje a Grecia, con motivo de una reunión religiosa familiar. Deja al hombre que se las arregle solo hasta la fecha prevista para el regreso; eso sí, se ofrece como una gran noticia que, desde el aeropuerto, doña se dirigió directamente a la clínica. A lo mejor pretendían que, antes, se fuera a cambiar a La Zarzuela. Y, para colmo, el nietito Froilán se descerraja un tiro en un pie y tiene un ñame a la virulé. Coño, que ni chiquito panorama el de la primera familia española; es decir, la real.

2.- En el interín, que dice el mago, se iza la bandera tricolor en San Sebastián, como una especie de aviso a navegantes. Y la otra media España habla y no para de la foto del elefante entrompado en un árbol, mientras el rey y un desconocido acompañante posan ante él, agonizante o quizá ya muerto, con unos rifles en sus manos. Hasta BrigitteBardot, gran defensora de las focas y las morsas, se ha pasado al bando de los paquidermos y ha protestado airadamente. Y yo. Y Adena (no confundir con la cosa de los aeropuertos, sino con la protección a los animales).

3.- Buen momento para irse a cazar elefantes, con la prima de riesgo disparatada, Repsol expropiada, los jóvenes (esos que le quitan el sueño al monarca) sin empleo, y el país instalado en la más puñetera mierda. A mí me importa tres pitos con quién fue el monarca a cazar, si con Alcocer, si con Corinna, si con el sobrino del rey moro de Arabia Saudita, absuelto de una supuesta violación en Ibiza. Me la renflanflinfa con quiénes. Lo que me extraña es que se haya ido, con la que está cayendo, a abatir elefantes a 45.000 dólares por colmillos. Hombre, majestad, deje pastar a los paquidermos que ni usted está para eso ya, ni creo que la especie merezca un tiro de rifle en la trompa. Porque, entre otras cosas, un elefante ve a un humano y sonríe y juega y siente alegría y hasta da la patita. Que le instalen un salón de tiro en La Zarzuela y déle usted al rifle casero, con cuidado de que no le pase lo mismo que al bueno de don Froilán, su nieto. Y a dedicarse más a la familia, para que los jóvenes sin empleo no le quiten más el sueño, señor.

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