Ana Oramas se opone a que Paulino Rivero compatibilice la presidencia del Gobierno de Canarias con la de su partido "por falta de tiempo", no porque sea un incapaz político ya que esta diputada nacionalista en Madrid -aunque nosotros seguiremos diciendo que es una falsa nacionalista- no ha dudado en decir que Rivero "ha sido un grandísimo presidente y tiene todas las facultades para serlo". Tal para cual. ¿Habrase visto disparate mayor? Rivero no es un grandísimo presidente sino un grandísimo inepto político que está arruinando a estas Islas. La única medida sensata que su partido puede adoptar respecto a su presencia en la política es obligarlo a dimitir y recomendarle que se exilie, junto con la caudilla y otros incompetentes, porque su mera presencia en el Archipiélago que él y su caterva han desgraciado repele a la buena conciencia de los patriotas. Solo alguien de su cuerda, como la señora Oramas, puede hablar a favor de este déspota político. ¿Qué le debe Ana Oramas a Paulino Rivero? ¿El que le haya concedido una segunda estancia como diputada en Madrid para que pueda disfrutar de la pensión máxima cuando se jubile? No lo sabemos, aunque intuimos que van por ahí los tiros.

Si es el partido el que, a juicio de la diputada Oramas, debe poner autoridad sobre el Gobierno, ¿por qué no pone también autoridad sobre el presidente del Ejecutivo y lo obliga a dimitir? ¿No comprenden los responsables de Coalición Canaria que caminan hacia su desaparición irremediable si antes no se quitan de encima a este necio político? Rivero no sirve porque lo engaña cualquiera. Lo timó Zapatero con los 25.000 millones de euros que nunca vimos y con las aguas en cestas, y acaba de embaucarlo el rey de Marruecos -de quien en realidad es súbdito Rivero, porque estas Islas están en la zona económica exclusiva de nuestros vecinos africanos- con el asunto del petróleo. Apenas unos días después de que Paulino Rivero presumiese en los medios de comunicación que le son afines, como es normal en él, de que Mohamed VI le había confiado el secreto de que no han encontrado hidrocarburos en sus aguas, nos llega la noticia, y así la hemos publicado para conocimiento de nuestros lectores, de que Repsol reconoció, en un informe dado a conocer en 2009, que había hallado gas a 40 kilómetros de la costa marroquí.

¿Por qué tiene tanto interés Paulino Rivero en que no se busque petróleo en aguas cercanas a Canarias? ¿Tal vez porque quiere que sigamos siendo una colonia de los peninsulares? ¿Es eso lo que desea para su gente alguien que presume de nacionalista? Todos sabemos que ese petróleo contribuiría, en el futuro, a que los canarios vivamos holgadamente, siempre que antes hayamos accedido a la independencia. En caso contrario, tales recursos no estarían en nuestra zona económica sino en la de Marruecos. En el mejor de los casos, serían los españoles, y no los canarios, quienes se beneficiarían de esa posible riqueza.

Concurre la circunstancia de que la viabilidad económica de Canarias como nación soberana es el principal argumento de los amantes de la españolidad para que sigamos vinculados a la metrópoli que nos sojuzga y nos exprime como a un limón. Nunca hemos estado de acuerdo con este planteamiento porque territorios más pequeños que el nuestro, y también menos poblados, son naciones soberanas convenientemente representadas en los foros internacionales. La posible existencia de petróleo refuerza esta tesis nuestra, refrendada por muchos economistas de reconocido prestigio, sobre la viabilidad económica de Canarias una vez emancipada de la metrópoli. Entonces, ¿por qué la rechazan los nacionalistas de Coalición Canaria? Pues porque no son nacionalistas sino bolsilleros políticos. Lo hemos dicho muchas veces y no nos importa repetirlo: salvo unas pocas excepciones, quienes militan en CC son traidores políticos al pueblo que les confió sus votos para que lo liberaran de la rapiña colonial.

El tiempo de Paulino Rivero ya ha pasado. Las colas del hambre, las listas de espera sanitarias, la emigración de los jóvenes y ahora también el descenso del número de turistas alojados en Tenerife durante este año son hechos que muestran por sí mismos la gravedad de la situación por la que atravesamos. Es incomprensible que con un 31 por ciento de paro todavía alguien piense que Rivero debe simultanear la presidencia del Gobierno con la de CC. ¿Para qué? ¿Para arrasar aún más este partido, al igual que está arrasando las Islas?