Siempre he sido poco amigo de las cosas inútiles, de perder el tiempo en naderías y reuniones interminables que no sirven nada más que para perder el tiempo; siempre he perseguido en mi vida buscar la eficacia de las cosas y de las actividades. Pero hay mucha gente a la que le gusta marear la perdiz, darle vueltas a las cosas, hacer reuniones y más reuniones, dilatar los acontecimientos en el tiempo, cayendo en la más infructuosa ineficacia. De esto saben mucho los señores que nos mal gobiernan y, claro, cuando van a recolectar la fruta muchas veces ya está podrida. Parece que les interesan más los formalismos que la ejecución de las propuestas.

Hemos asistido a una huelga que los sindicatos querían que fuera general, aunque no lo han conseguido. En las encuestas previas que los periódicos de todas las tendencias hicieron unos días antes, la mayoría de los ciudadanos no aprobaban la oportunidad de la misma, y es que es una práctica obsoleta, inútil e ineficaz. No sirve nada más que para empobrecer, aún más, a los ciudadanos y a la nación en su conjunto. Al día siguiente de la huelga ¿qué? pues nada, no se ha conseguido nada positivo, solo la pérdida de unos cuantos miles de millones de euros.

Otro de los grandes inconvenientes de la huelga es la inmensidad de molestias que le acarrea al ciudadano de a pie, que no puede disponer libremente de los medios que no funcionan. Y no digamos nada de los piquetes "informativos" y los problemas que estos pacíficos "informantes" causan a los pequeños empresarios que quieren trabajar, con todo el derecho, en ese día

Juan Rosales Jurado

(Los Realejos)

Alma miserable

Hace mucho tiempo cerraba la programación de la poca televisión de entonces un espacio que se llamaba, "El alma se serena". Se basaba en comentarios relacionados con la moral, la ética y las buenas costumbres y, la verdad, uno se iba a la cama con el alma más serena. Quizá por antagónico, me ha venido ahora a la memoria al leer las declaraciones que ha hecho la exalcaldesa socialista de Las Pedroñeras, Yolanda Picazo, al escribir que a María Dolores de Cospedal "habría que crucificarla, enterrarla en el cementerio nuclear y evitar a toda costa resucitarla". ¿La causa?: una foto donde se ve la presidenta de Castilla-La Mancha portando, como una más, la imagen del Cristo de la Caridad de Ciudad Real. Yolanda dijo que "mientras muchas personas pierden su empleo, su casa y su vida, otras no saben a qué dedicarse". Irracional. Esta degradante actitud no tiene relación con ningún tipo de ideología política, sino con la persona como ser humano.

Yolanda Picazo no pedirá disculpas, porque tiene su alma serena, ya que el odio y el resentimiento la dominan, cuando su formación humana radica en un profundo adoctrinamiento en el socialismo, única religión válida para Yolanda, que ha sustituido por la moral y la ética: resentimiento y odio contra la derecha, y contra cualquier religión, es la consecuencia inmediata. Seguro que Yolanda Picazo recibirá apoyo, ascenso y premio, pero debería mirarse en el espejo su alma serena para que le refleje su verdadera condición humana.

Así hay más de uno en el socialismo de hoy, pero el socialismo, es otra cosa. Total, tantos enjuagues para, al final, un alma serena, pero miserable.

Miguel Cámara

(Lanzarote)