Lamentablemente, cada día es más complicado encontrar personas capaces de mantener sus opiniones, incluso las profesionales, después de recibir presiones desde más arriba, sin remontarnos al Papa, que actuando como portavoz no podemos saber si es posible que sufra esa conminación.

Desconozco si el primer término del titulillo les suena a algo serio, pero pueden estar seguros de que lo es, y hace referencia a la retractación, o si lo prefieren, a la manifestación pública de un cambio de opinión.

De igual manera desearía que si esta modesta carta al director tuviese oportunidad de leerla alguna persona que no me conoce en absoluto, se le antojase pensar que soy un beato, un santurrón, un chupacirios o un meapilas. No, caballero, de eso nada.

Vienen estas líneas motivadas por las manifestaciones del arzobispo de Valladolid, que al conocer que había sido elegida como pregonera de la Semana Santa pinciana la pucelana vicepresidenta doña Soraya Sáez de Santamaría, dijo en esa oportunidad que no era la mejor elección, al tratarse de una persona que vivía amancebada, que no estaba unida con su otra media naranjita por matrimonio canónico.

Debo añadir en este momento que a mí me parece estupendo que esta distinguida y picuda política viva como le venga en gana, pero no es menos cierto que lo opinado por el arzobispo se ajusta, con absoluta exactitud, a lo que podemos considerar las normas de la Iglesia católica.

Hace medio siglo fui invitado a cenar por un matrimonio, amigo de mis padres, como premio a mi final de carrera en el casino de Valladolid, y por un desafortunado despiste me presenté sin corbata, prenda indispensable en aquella época para poder entrar en el restaurán. Uno de los camareros me indicó que la señora del guardarropa podía facilitarme una y así se resolvió el problema. Era el reglamento de esa entidad de recreo y había de ser respetado.

Algunas mañanas me siento unos minutos a charlar con vecinos, amigos y jubilados, entre los que se encuentra un sacerdote misionero. Una vez que se había producido tal situación le pedí su opinión sobre la misma. No estaba de acuerdo con la postura arzobispal, al no considerarlo un acto religioso a pesar de tratarse de un pregón de la Semana Santa y de que se realizaría dentro de la herreriana e inacabada catedral vallisoletana.

El arzobispo recibió y despidió calurosamente a la pregonera. Tuvo que envainársela, desnegarse de lo dicho, y es que hay personas con limitados derechos y otras que pueden sencillamente vivir bajo palio.

Resulta realmente pintoresco. Como el reglamento se puede modificar de acuerdo con los participantes, hay que recurrir ante el Supremo los fallos judiciales que obligan a rehabilitar e indemnizar a profesoras casadas civilmente, y los personajes políticos, con o sin mantilla, gozan del visto bueno de las altas jerarquías eclesiásticas. Por supuesto que nunca hemos olvidado cómo determinadas criaturas consiguen que sus matrimonios canónicos sean anulados por el rigurosísimo tribunal de La Rota.

José Luis Martín Meyerhans

La remodelación de la plaza de toros

Ya nada nos sorprende y mucho se ha hablado de este tema. Precisamente, en nuestro modesto archivo de la Peña Taurina de Tenerife tenemos guardado ese periódico del 8 de julio de 2008, así como otros anteriores y posteriores donde se gastó mucha tinta.

Comenzamos por decir que algunos de nosotros estuvimos presentes en el acto del concurso de ideas celebrado en nuestro querido parque García Sanabria y quedamos de acuerdo con el resultado, esperando que se llevara a cabo lo más rápido posible, pero no ha podido ser. Al día siguiente, 9 de julio, se les hacía una entrevista a los tres arquitectos ganadores del proyecto "La plaza de todos".

Y así se llenaron páginas en muchos medios informativos, emisoras de radio y televisión. Como en todas estas cosas, hay opiniones para todos los gustos y nosotros creemos lo que dicen los entendidos en arquitectura y conservadores de los excelentes edificios que tiene Santa Cruz y que están desapareciendo ante la pasividad de quienes tienen las riendas del poder. Queremos hacer una aclaración al periodista J.C. que termina su artículo: "Como el futuro de la propia Plaza de Toros, que fue espacio para cine, conciertos, boxeo, lucha libre, terraza de verano, actos de Carnaval e incluso, corridas de toros". O sea que este entendido e instruido periodista da por hecho que la plaza sirvió para cine, conciertos, etc. e "incluso" corridas de toros.

Nosotros creíamos que la plaza de toros se abrió el 28 de abril del año 1893, para dar espectáculos taurinos, se hizo para eso y luego, incluso, fue espacio para cine, conciertos, boxeo, hasta Campeonatos de España y Europa, y otros espectáculos. En enero de 1983, se celebró el último espectáculo taurino. Y después, la desidia, el abandono, etc., hacen que este emblemático edificio ofrezca el aspecto que tiene la actualidad.

Muchos vecinos del barrio de Salamanca pidieron que se volvieran a abrir las puertas para que, entre otras cosas, los chavales al salir de los colegios pudieran estar en un recinto, controlados, para que jugasen, patinasen y hasta alguien apuntó que con un bar que despachara bebidas sin alcohol y que nuestros mayores también pudieran estar a buen recaudo y celebraran allí sus "reuniones" en vez de en la Rambla. ¿No sería eso una buena solución?

Deseamos que pronto veamos el coso, por lo menos, pintado y adecentado. Pensemos en nosotros, y principalmente, en quienes nos visitan para que se lleven un grato recuerdo de nuestra querida capital.

Ernesto Zamorano Martín

(Vicepresidente de la Peña Taurina de Tenerife)

España necesita otras estructuras políticas

La historia de los pueblos no debe servir de vademécum para repetirla, sino de libro de meditación para no caer de nuevo en los mismos errores cometidos. Esta crisis nos debe enseñar mucho, si es que tenemos voluntad y deseos de aprender. A la sombra de la crisis hemos descubierto muchas cosas, muchas burbujas, y la principal no ha sido la de la construcción, sino la de la política. Tenemos una estructura política que es un monstruo que devora a sus hijos, es insoportable, y urge un cambio radical en ella. Nuestra democracia se estructuró pensando mucho más en contentar a los políticos que en buscar el bien del pueblo. Se formó una politocracia en lugar de una democracia y esto nos ha demostrado que los beneficiados son aquellos que pertenecen a la casta política, pero no el pueblo.

Es urgente reformar la Constitución, que es la base, para poder hacer una reforma, en profundidad de toda la estructura política del país. Pero me temo que los políticos no estén dispuestos a perder sus privilegios, y que les interese más su propio bienestar que el buen funcionamiento de la vida pública. Y si los políticos no están dispuestos a perder sus privilegios, sus estructuras políticas innecesarias y costosísimas, ¿qué nos queda al pueblo?

No se concibe una democracia donde haya privilegiados que estén fuera de la ley. Todos conocemos alcaldes de pueblos pequeños ganando unos sueldazos que jamás obtendrían trabajando en una empresa privada, por su falta de preparación y escasa productividad. Y esto porque no hay una ley que indique y regule los honorarios de los ediles, ellos están fuera de la ley, se pueden asignar el sueldo que quieran. Si esto es una democracia, venga Dios y lo vea.

Hay que transformar las actuales autonomías, estos pequeños reinos de taifas que tenemos hoy, en estructuras funcionales, operativas, eficientes, reduciendo los gastos y las duplicidades. No hacen falta para nada 18 Parlamentos, ni infinidad de organismos innecesarios, que solamente sirven para gastar dinero y colocar a los amiguetes. Habría que estudiar e imitar la política norteamericana, que a pesar de ser un país rico brilla por su austeridad.

O se hace una reforma en profundidad, buscando el bien de los ciudadanos, o la verdadera democracia nunca arraigará en España, porque nace ya viciada, dirigida y encaminada al servicio de unos pocos y, de esta manera, el pueblo nunca la podrá recocer como propia.

Juan Rosales Jurado

(Los Realejos)

Un día inolvidable en Pinolere

Hay una gran cantidad de rincones preciosos en Tenerife, rincones que no son conocidos por muchos turistas -y tampoco por muchos isleños-. Uno de estos rincones es el Museo Etnográfico de Pinolere, en La Orotava, con su parque, sus pajares, sus talleres, sus fantásticas vistas y su personal. Junto con un grupo de escandinavos del Sur de Tenerife visité Pinolere hace unos días, y la visita resultó ser de lo más entrañable. La joven monitora, una persona encantadora, nos informó de cómo era la vida antaño de los lugareños, haciéndolo de una manera muy especial que despertaba el interés y la admiración de los escandinavos. Nos invitó a entrar en el pequeño pajar con mobiliario antiguo, donde animadamente describió la vida de las parejas jóvenes de hace unos doscientos años; luego aprendimos cómo se hacen cestas de diferentes materiales y para qué se les usaba y usa aún hoy. Después nos enseñaba cómo se hacía gofio, tostando millo y cereales sobre fuego vivo para luego moler las semillas en un viejo molino de piedras. El taller terminó con todos amasando gofio con un poquito de agua y azúcar y las pellas de gofio las llevamos a casa.

Varios de los participantes nunca habían probado gofio y el sabor les sorprendió gratamente. La rica comida típica canaria nos gustó a todos, como también el vino de La Orotava. Como broche de oro, un grupo folclórico nos deleitó con una actuación muy apreciada por los escandinavos. La música inspiró a uno tras otro a bailar y el patio se convirtió en una pista de baile. Fue un día inolvidable para todos y quisiera hacer saber así públicamente al personal de Pinolere que están haciendo un trabajo muy loable, rescatando viejas tradiciones y costumbres y compartiéndolo todo con los visitantes.

Helena Somervalli

(Arona)

El cable de fibra de la TF-1

Hace casi un año (el 30 de junio 2011) que se terminaron los trabajos de puesta en obra del cable de fibra óptica en el recorrido de la TF-1 y hasta hoy nada se sabe de cuando se podrá utilizar para los comunes mortales, o sea los ciudadanos que pagan impuestos y que no tienen servicios adecuados a la época en que vivimos (por noticia, estamos en el 2012).

Pregunto a Telefónica y nada sabe, pregunto a Orange, Ono, Jazztel, Tele2, Vodafone y siempre la misma contestación.

Mi pregunta "sencillita" es: ¿quién es el que sabe algo? A ver si contestáis a esta pregunta.

Antonio Tirelli

La educación de la Policía Local

Señor director de EL DÍA:

Es comentario habitual entre los ciudadanos de nuestra capital, la escasa educación que muestran algunos miembros, sobre todo los más jóvenes, de nuestra Policía Local.

Se dirigen a los conductores de forma despectiva, no saludan, no te miran, no te escuchan. Su lenguaje está desprovisto de educación y una mínima urbanidad. Muestran una actitud arrogante innecesaria.

Y la culpa la tienen quienes los mandas, que permiten o ignoran estas conductas tan reprobables. El jefe de la Policía Local y la concejal encargada del área son directamente responsables de estas conductas que se repiten con demasiada frecuencia.

Hay muchos agentes, la mayoría, que son educados y saben dirigirse al ciudadano. Pero este grupo de maleducados estropea toda la buena labor del colectivo y es responsable de la mala opinión que tienen del cuerpo muchos ciudadanos.

Los agentes de la Policía Nacional o la Guardia Civil son más educados y respetan debidamente a las personas. De ellos tendrían que aprender algunos policías locales.

La urbanidad y buenas costumbres son materias difíciles de aprender si no se tienen de base. También dirijo un buen tirón de orejas a quienes hacen la selección de los agentes y no saben ver estas carencias para convivir con los ciudadanos, que no se olviden, son quienes les pagan sus sueldos.

Así que, por favor, jefes y autoridades competentes, reciclen o expulsen del cuerpo a quienes no hacen sino manchar el buen nombre de un colectivo que siempre fue modélico en su servicio al ciudadano.

Porque los cuerpos de seguridad están para servir y atender al ciudadano y mostrar la más exquisita educación sea para ayudar, informar o sancionar al contribuyente.

Si no damos ejemplo, ¿qué podemos pedirles a los demás?

Otero