AUNQUE, a veces, se han producido disconformidades y reacciones internas en Coalición Canaria en contra de la política que lleva a cabo Paulino Rivero en la Presidencia del Gobierno de Canarias, es, precisamente en estos últimos días, cuando se ha notado con mayores visos de realidad que el pacto vigente entre Coalición Canaria y el Partido Socialista, que ha dado lugar al ascenso de Rivero al Ejecutivo; de José Manuel Bermúdez a la Alcaldía de Santa Cruz; de Ricardo Melchior a la Presidencia del Cabildo Insular de Tenerife; del socialista José Miguel Pérez a la Vicepresidencia del Gobierno, y de otros miembros de ambos partidos a altos cargos de varias corporaciones, esa unión contra natura ha comenzado a temblar, que es un síntoma de inicio de ruptura.

La última palabra en este tinglado político la dirá el congreso del partido supuestamente nacionalista, cuya celebración se anuncia para el venidero mes de junio, por lo que a Coalición Canaria los más optimistas le dan una vida de tres meses, que es el tiempo que falta para el aludido congreso, porque de ahí no pasa ni CC ni su alianza con el PSOE.

Dice nuestro colaborador Roger, en un reciente artículo, que el tal congreso no será un paseo militar para Paulino Rivero y las huestes que le quedan, porque también pueden producirse abandonos del partido durante ese tiempo que le queda.

En el Ayuntamiento de Santa Cruz, Julio Pérez, que es un componente político, parece no estar de acuerdo con el alcalde Bermúdez, y en la discordia toma parte del concejal de Política Territorial José Ángel Martín, aunque el alcalde asegura que no ha habido disparidad con ese edil.

Y así andan las cosas en el Ayuntamiento, mientras en el Ejecutivo, de momento, no se sabe lo que ocurrirá, porque lo único cierto es que varios consejeros y afiliados a CC, incluidos algunos "barones" nacionalistas, no están en completo acuerdo con el cuadillaje de que hace gala Paulino Rivero no solo en la política normal del día a día, sino en sus excesos de gastos, cuando a los hospitales públicos los somete al tijeretazo y él se traslada a Las Palmas en helicóptero y sostiene, sin necesidad, la "Guanchancha" y la Radiotelevisión autonómica, que son un sumidero de euros.

O sea, don Paulino, no hay ni bien ni siquiera mal, que no es su caso, que cien años dure y ya se puede ir acostumbrando a no mandar y volver a la escuela pública, que para usted no habrá paro como padecen, por su culpa, los cientos de miles de desempleados. De forma que a retornar, si puede, a El Sauzal, aunque no, de momento, a la Alcaldía. Pero puede que sí en el futuro, que eso no se lo puedo negar; usted fue un buen alcalde.