ESTA SEMANA tenía previsto escribir algo sobre el que fue gran capitán general de Canarias Francisco García Escámez, que tanto hizo por Canarias, por Tenerife y por Santa Cruz, al solicitármelo así uno de mis lectores y dar la casualidad de haber nacido en marzo. Pero ante la situación actual tendré que dejarlo para otra ocasión, posiblemente la próxima semana.

Voy a empezar repitiéndome en algo que ya he dicho: el gobierno del Partido Popular, con Rajoy a la cabeza, que no debemos olvidar que obtuvo mayoría absoluta en las últimas elecciones generales, especialmente porque los ciudadanos estaban cansados de "falsas verdades" que nunca llegaban a buen puerto, y el paro crecía y crecía, y no se veía el final del túnel en que estábamos metidos, agarró el toro de Hispania por los cuernos y puso en marcha una ley de reforma laboral similar a la que existe en los socios europeos que se defienden mejor en esta crisis. Porque hay países europeos sin materias primas que no llegan al 10% de paro, y aun menos, y que están creando empleo, aunque no sea mucho. Nosotros, que como buenos latinos quisiéramos asemejarnos a Grecia en cuanto a vivir de las rentas, endeudarnos, no pagar al fisco y tener grandes sueldos, mientras más mejor, tenemos que cortar por lo sano y empezar de nuevo. Así, pues, era necesario, pero yo, que soy un profano, un simple ciudadano, pensionista por más señas, pienso que se asemeja más a lo que solicitaban los empresarios, que si por ellos fuera querrían que trabajáramos como los chinos y pagarnos como a los chinos también. Y mientras tanto, un montón de familias perdiendo sus casas y pasándolas canutas. Por cierto, las condiciones para no perder una familia su casa son complejas. ¿Quién vive en una casa que no cueste más de 120.000 euros, a no ser en barriadas periféricas o mal situadas? ¿Y estas personas pueden hacer frente al resto de las condiciones? Creo que es poco realista.

En resumidas cuentas, existe una desviación de 26.500 millones; el déficit del 2011 fue del 8,51% en lugar del 6% comprometido por España con la Comunidad Europea. Esto había que resolverlo y, según Europa e importantes economistas, este sería un primer paso. No cabe duda de que es mejor, aunque sea triste, que se despida a algún empleado pero que continúe la empresa a que cierre esta. Los sindicatos, que han perdido gran parte de sus privilegios, no solo los cientos de millones para cursos de formación, sino que ahora la empresa tendrá prioridad en sus relaciones con sus empleados a los convenios colectivos, se han manifestado en contra de la ley, precisamente el 11 de marzo, día triste en que se recuerda la matanza de los trenes, aún sin aclarar en muchos de sus extremos, en la mayoría, por muy juzgado que esté el tema, y que tenía que haberle dado prioridad a las víctimas. Para mí lo más preocupante de todo esto es cómo el PSOE se ha radicalizado apoyando estas manifestaciones y la convocatoria de una huelga general para el 29 de marzo, cuando aún el Gobierno no lleva los cien días de gracia, no esperando a ver si sus medidas empiezan a dar resultados. ¡Posiblemente esa sea una de las razones, porque, si da resultado, la crisis socialista sería aún mayor y de más duración! Hasta el mismo Zapatero ha advertido al partido de que no se radicalice, que la recuperación tendrá que venir ocupando el centro, izquierda si se quiere, pero el centro.

Comprendo que el PP esté preocupado con las reacciones ante esta ley, que inicialmente va a producir más paro, pero había que hacer algo, aparte de defender el uso del dinero público como algo sagrado, nada que ver con los eres andaluces y toda la aparente corrupción de aquella entrañable región española. Pero el gobierno no solo está compuesto por ministros económicos y de empleo o justicia; así no entiendo cómo no se han suprimido ya algunas leyes absurdas o perjudiciales para la convivencia, como la de Memoria Histórica. Me parecería bien que se continuase localizando las posibles víctimas, ¡pero de ambos bandos, porque hubo víctimas en los dos bandos! Y lo de borrar todos los vestigios del franquismo es una exageración. En Rusia se conserva la época de los zares, en Alemania y Austria su época imperial, en Francia la de sus reyes y así todos los países civilizados de Europa conservan su historia. Tampoco entiendo cómo no se ha cambiado ya la dirección de la radio televisión nacional, cuyo sectarismo está haciendo mucho daño al gobierno democrático actual, elegido -vuelvo a repetir- por mayoría absoluta. No creo que sea nada bueno para nuestro país ni para los españoles que se intente conseguir en la calle con algaradas y huelgas lo que se ha obtenido limpiamente en las urnas. ¡Es la voluntad del pueblo! Por cierto, dicen que la ocasión la pintan calva, ¿por qué no aprovecha el PP la ocasión de esta huelga general injusta, sin esperar resultados, para regularizar de una vez por todas las huelgas de acuerdo con la Constitución?

Al final de la legislatura anterior se alumbraron una serie de leyes que habría que modificar o anular, como la del servicio doméstico. En principio parece que es buena para este personal laboral, al que se le reconocen unos derechos, no todos, porque no tienen derecho al paro. Pero la realidad, que es muy compleja, va a resultar distinta, porque una cosa es un servicio fijo, todo un mes en un domicilio, y otra el que una persona, a lo mejor con un pequeño trabajo o una pensión de viudedad o semejante, utilice unas horas para complementar lo que percibe, posiblemente insuficiente, si se le obliga al contratante, a lo mejor una persona mayor, o disminuida o enferma, que necesita esa ayuda, pero que no tiene muchos medios, a realizar un contrato en la Seguridad Social, obligándose a abonar pagas extraordinarias, mes de vacaciones y cinco días si se pone enferma la persona contratada, amén de una cantidad mensual a la Seguridad Social. Va a suponer un montón de despidos, gente necesitada que se queda sin ayuda, y los que se arriesguen a continuar pagando en negro, a riesgo de una importante multa. Pienso que no se va a beneficiar al contratado, lo que va a recaudar el Estado va a ser poco y va a producir un gran malestar social. ¿Por qué no se gravan las transferencias bancarias, especialmente al exterior, como van a hacer muchos países europeos? Con eso se recaudaría mucho más.

¿Se acuerdan de hace unos años, del papeles para todos? Pues muchos de aquellos inmigrantes son los que están ahora en paro y en no muy buenas condiciones, obligando al Estado a importantes gastos. Alemania, el motor europeo, está poniendo pegas a la entrada de inmigrantes y les va a retirar subvenciones. Francia, igualmente, amenaza con retirarse de Schengen para evitar la entrada libre de inmigrantes. Estamos pagando la excesiva liberalidad de épocas anteriores, donde se pensaba que se iban a amarrar esos votos, lo que en realidad no ocurrió a la vista de los resultados.