PUBLICA este periódico, en su número del jueves pasado, que el Parlamento de Canarias, aceptando una iniciativa legislativa popular, se compromete a crear una ley que defienda la sanidad pública. La iniciativa, que solicita un cambio de la política autonómica en favor de la prevención, la mejora de la Atención Primaria y la disminución de la concertación con las empresas sanitarias privadas, será debatida durante los próximos meses en la Cámara Legislativa después de que el miércoles último le diera el Parlamento "luz verde" por unanimidad.

Esa ley se hacía esperar desde mucho tiempo antes, y quizás hubiera evitado el cierre de los quirófanos del Hospital Universitario de Canarias por las tardes, la no entrada en servicio del Hospital del Norte en la fecha que se anunció, la inacción de seis de los quirófanos del hospital de La Candelaria por impago y quizás la terminación de las obras en el Hospital del Sur. La iniciativa la presentó el Foro Social Canario por la Salud y la Sanidad Pública y solicitaba ese foro a los grupos políticos de la Cámara que introdujeran mejoras normativas encaminadas a salvaguardar la sostenibilidad del sistema sanitario de las Islas a través de una nueva fiscalización, de la promoción real de la prevención como garante de la salud pública, el apoyo a la atención primaria y la reducción de las citadas concertaciones con la sanidad privada. Dijo el portavoz del Foro, don Arturo Borges, que la propuesta está avalada por unos 25.000 canarios para tener una sanidad que persiga el fraude fiscal, grave al alcohol, el juego y el tabaco, sea progresiva y detraiga fondos de la Reserva de Inversiones Canarias (RIC) para obtener la inversión sanitaria que necesita Canarias a fin de atender adecuadamente a su población.

Solicitó el portavoz del foro la creación de una Agencia Canaria de Salud Pública, un Consejo de lo mismo, un Plan Integral de Urgencias y de Fisioterapia y la construcción de hospitales comarcales de segundo nivel, también públicos, en Tenerife y Gran Canaria, controlar la acreditación de los centros privados y reducir progresivamente los conciertos.

Todos los partidos presentes en la Cámara votaron a favor de seguir el trámite de la ley y se pronunciaron por que la sanidad pública siga siendo universal y equitativa.

La duda que le queda al ciudadano es la de si estos partidos que ahora votaron por una ley que imponga y promocione la sanidad pública no son los mismos que hasta ahora y, en especial últimamente, han dado lugar a los cierres de los quirófanos del HUC y, parcialmente, los de La Candelaria, los que han incumplido con la apertura del Hospital del Norte, los que han permitido que el Hospital del Sur siga en obras casi perpetuas, los que han multiplicado por muchos enteros la extensión de las listas de espera, los que llevan sobre sus conciencias el fallecimiento de tantos pacientes por falta de atención y, en resumen, los que han llevado a la sanidad en otro tiempo, como el del general Franco, realmente impecable y ejemplar para todos los países del planeta, a los niveles más bajos, que ni en las tierras del África negra o de los esquimales.